Algunos de los amigos que tienen a bien leer esta columna me siguen instando a que refiera anécdotas históricas, (cometido que practico con frecuencia) porque les divierten mucho. Pues bien aquí va el desmentido de una de las más sonadas de nuestra democracia.

Se cuenta que cuando Camilo José Cela fue senador en 1977-78, se quedó traspuesto en una de las sesiones, siendo amonestado por el presidente de la alta cámara que le reconvino, a lo que el Premio Nobel contestó que no estaba durmiendo, si no que estaba dormido. Perplejo, el censor de su actitud, declaró no entender la diferencia entre ambas acciones, a lo que Cela le respondió: «pues es la misma que hay entre estar jodido y estar jodiendo».

EL PROFESOR Guillermo Fatás pone las cosas en su sitio y documenta que en las actas de las sesiones senatoriales de ese bienio, no se encuentra citado semejante sucedido. Arguye el catedrático zaragozano que, conociendo a Cela, él mismo debió propalar el lance que, en otros términos, protagonizó Antonio Ríos Rosas y que el autor de La colmena debió conocer, sin duda. El que fuera un siglo antes ministro de O’Donnell, argumentó al vivir la situación de dormitar en una sesión de Cortes, que la diferencia entre estar dormido y estar durmiendo era la misma «que estar bebido y estar bebiendo». El orondo literato gallego, que gustaba de abonar su propia leyenda sicalíptica con frases y sucedidos de signo chocarrero, le añadió sal gruesa al incidente del jurista y político isabelino, adjudicándoselo.

*Cronista oficial de Castellón