Tengo muchos defectos. Para el criterio de lo políticamente correcto, muchos más.

Yo creía ser una persona normal, pero seguramente estoy equivocado, porque resulta que: como profesional soy un pequeño empresario, lo que me convierte en un explotador. Soy cristiano, por tanto un infiel, respeto todas las religiones y nadie respeta la mía. Tengo criterio y no me creo todo lo que los medios dicen por lo que soy calificado como reaccionario. Pienso que hay que educarse, estudiar y trabajar para progresar y no hacerlo con algaradas y protestas por lo que me llaman antiguo y cobarde. Nací blanco y en el mundo occidental, y por eso me acusan de racista. Valoro mi identidad y mi cultura, lo que hace de mi un xenófobo. Me gustaría vivir con seguridad y ver a los delincuentes en la cárcel por lo que soy un represor. Me agrada desplazarme en coche, lo que me convierte en un contaminador medioambiental. Pienso que cada uno debería ser recompensado según sus méritos, y dicen que soy un egoísta antisocial. No voto a la extrema izquierda, ni soy marxista-leninista, lo que hace de mi un fascista. Estoy orgulloso de ser español, lo que atenta contra la libertad de los pueblos oprimidos. Visto con corrección y no con ropa sucia, rota o estrafalaria, por lo que me llaman pijo. He sido educado en valores y principios, lo que hace de mi un carca. Me gusta la libertad pero también la responsabilidad, me dicen tonto.

Pues nada. He aquí una reseña de alguno de mis defectos.

Menos mal que todavía hay mucha gente sensata con los mismos defectos que yo. H