El president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, tiene dos grandes problemas. Uno se llama Vicent Marzà y el otro Carmen Montón.

Hace unos días me comentó una profesora de educación primaria que si todo lo que «este chico» les está haciendo lo hubieran intentado «los otros» se habría montado una trifulca de padre y muy señor mío. Les aseguro que muchos docentes están, en apenas dos años, más que hartos de las políticas y los recortes que se están aplicando en educación. Recortes que ya se produjeron con el gobierno anterior y que el ínclito Marzà prometió finiquitar. En lugar de esto, nuestros hijos se asan vivos en aulas sin aire acondicionado y los maestros carecen de los medios necesarios para hacer su trabajo.

Respecto Carmen Montón, ¿qué quieren que les diga? Mientras el dermatólogo del hospital público de Vinaròs pasa consulta con el brazo roto, o mientras más de cuarenta profesionales han sido cesados de sus funciones en el Hospital Provincial, o mientras las listas de espera crecen a lo largo y ancho de la Comunitat, ella decide, sin encomendarse a Dios ni al diablo, que el Provincial de Castellón tiene que ser una pieza clave en las operaciones de cambio de sexo, lo cual me parecería estupendo si no creyera que estamos ante otra cortina de humo para seguir recortando servicios impunemente.

*Escritor