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Lo que parecía inescrutable, el pasado domingo dejó de serlo. Las entrañas de la tierra volvieron a desvelar algunos de sus secretos a un grupo de privilegiados, un equipo de espeleobuceadores que reeditaron un hito histórico para la Vall d’Uixó: descubrir una galería más allá de las cavidades conocidas hasta el momento en les Coves de Sant Josep.

Salvador Luque, Vicente García Vigarto, José Manuel Sánchez y María Varela, apoyados por espeleólogos del EC la Vall, EC Castelló y GESAP, se adentraron en la gruta antes de que cientos de turistas empezaran a realizar las visitas convencionales en un día de gran afluencia de público. El Ayuntamiento no puso impedimentos porque todo se planificó al detalle. Ninguno de los turistas supo que más allá de la zona transitable en barca o a pie, un equipo de investigadores se sumía en la absoluta oscuridad para afrontar un reto que lleva dando vueltas en las cabezas de numerosos espeleólogos que han tenido la oportunidad de conocer esta cueva: saber cuál es el origen del río.

La última vez que accedieron al subsuelo del paraje de San José, después de décadas sin que se realizara ninguna expedición similar, tuvo premio: acreditar que había más cueva de la conocida. Sin embargo, las exigencias de seguridad y la necesidad de topografiar los nuevos descubrimientos les llevaron a aplazar sus inquietudes de saber más, de no conformarse con las dudas cuando existen claras evidencias.

La del domingo fue la cuarta incursión de este equipo de espeleobuceadores. Aunque sus planes iniciales pasaban por limitarse a «topografiar los hallazgos recientes», según explica uno de los integrantes del grupo de apoyo, los aventureros no pudieron resistirse a continuar donde lo dejaron.

Intuición y certeza

Sus intuiciones se convirtieron en certezas. «La cueva continúa» al menos en una galería desconocida hasta ahora, «la que va hacia el séptimo sifón», que han bautizado como De las rodillas. Es lo que tiene ser un avezado explorador, que uno se gana el derecho a dar nombre a los descubrimientos, que ellos mismos describieron como «una preciosidad» que, además, abre las puertas a una continuidad garantizada, que se convertirá en el siguiente objetivo.

Ya no dudan sobre que «debe de haber algún acceso posterior al ya conocido del Avenc de la Riera», pues han encontrado «restos de animales más allá de ese punto de contacto reconocido». Pero, por si fuera poco, se toparon con «una navaja, que podría ser de las primeras exploraciones, así como huellas antiguas». Han identificado «zonas profundas donde parece que no hay riadas, porque da la impresión de que el nivel del agua es constante y el curso tranquilo durante meses, por la capa de calcita que se forma» y de la que tienen pruebas y datos técnicos que pronto plasmarán en unos mapas topográficos. Descubre cómo puedes visitar las cuevas aquí.