Argentina de nacimiento, con una gran carrera como profesora de Composición del Conservatorio Superior de Música de Castellón, Claudia Montero acaba de regresar a casa con dos Grammys Latinos en la maleta, el de Mejor Álbum de Música Clásica por Mágica y misteriosa; y el de Mejor Composición Clásica Contemporánea, por Luces y sombras. Afincada ahora en València, está aún en una nube, al vencer en «los dos de dos en los que estaba nominada». Ella ya sabe lo que es sumar su nombre al palmarés de los mejores del año, tras conseguir los Grammys a Mejor Composición por Concierto para violín y orquesta (2012) y Cuarteto para Buenos Aires (2014).

-¿Qué suponen los Grammy?

-Supone una reafirmación doble de mi reconocimiento, digamos que exponencial, porque además de ganar mi tercera estatuilla como compositora, he ganado en el apartado de artista y productora del Mejor Álbum de Música Clásica, así que esto abre un reconocimiento aún mayor, más visibilidad, y más trabajo futuro también. He ganado en dos categorías, y eso nunca había pasado en la música clásica. Es un nuevo paso en este gran reto que es la música.

-¿Cómo ha sido la experiencia en Las Vegas en la gran gala internacional?

-Como todas las galas, se vive mucho estrés y un sin parar de gente. Y también tiene muchos eventos colaterales, como la cena junto con los demás nominados y el personaje del año. Viví la experiencia de ponerle cara a muchos nombres que me venían siguiendo y pude conocerlos, abrazar a muchos que con lágrimas en los ojos me felicitaron, y sobre todo compartir con la familia un momento que es irrepetible.

-¿Esto es un reto para seguir componiendo? ¿En qué trabaja ahora?

-En este momento me encuentro componiendo una obra que me comisionaron la Royal Liverpool Philharmonic Orchestra y la Filarmónica de Munich, con fechas previstas para el 14 de marzo en Liverpool, y mayo del 2020 en Munich. En cuanto termine eso, sigo con la obra que estrenaré en el Teatro Colón de Buenos Aires, con la Filarmónica de Buenos Aires, y algo más que he concretado en Washington, pero que aún no puedo desvelar mucho…

-Cuatro Grammys son una espectacular saga de galardones, por piezas que van asomando con fuerza entre orquestas e intérpretes de todo el mundo. ¿Cuándo, dónde van a interpretarse?

-En lo que queda del 2018 y cara al 2019, además de Liverpool, y la doble cita en Buenos Aires, actuaré en Bogotá, Salta y, ya en el 2020, en Munich. Pero espero que vengan más cosas, seguramente.

-Lleva un año dedicada en cuerpo y alma a la composición, aparcando su carrera de profesora de Composición en el Conservatorio de Castellón. ¿Mantiene el contacto?

-Castellón siempre ocupa un lugar importante en mi corazón. Allí he trabajado, te diría que el 90% de mi vida como profesora; y allí he conocido a José Doménech, que es el productor de mi disco, alumno mío, y con el que he trabajado durante más de dos años; y a otro estudiante con quien estoy en otro proyecto muy hermoso, Vicente Ortíz. Guardo recuerdos, momentos y amigos preciosos de mis años en Castellón, y espero si la agenda me lo permite, compartir con ellos mis experiencias.

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