Hermanos: ya estamos metidos en el lio otra vez. Convocadas elecciones generales, junto con las locales, autonómicas y europeas, solo nos faltan las de jefe de comunidad de vecinos.

Durante el próximo medio año, a los que nos gusta pasear por redes sociales vamos a ser víctimas de nosotros mismos. De nuestros megusta, de cada vez que apretamos permitiéndole a una máquina que utilice cookies (galletitas informáticas). Porque cada vez que hacemos eso la máquina sabe más de nosotros, de nuestros gustos, de nuestras relaciones, de nuestra ideología profunda.

Eso se llaman algoritmos y no es más que matemáticas y orden. El algoritmo reconoce actitudes y las ordena. Cada movimiento nuestro en la red genera una clasificación, una etiqueta, previamente establecida y nos lleva al casillero que la máquina considera matemáticamente que nos corresponde.

La máquina analiza matemáticamente nuestras relaciones y detecta quienes son más activos en redes o quienes son más influyentes. Y empieza a promocionarlos (son los infuencers). Y estos empiezan a hacer su trabajo consciente o inconsciente: influir. Como esto de las elecciones no deja de ser una cuestión de estadística y matemáticas, queridos hermanos, solo hay que aplicar algoritmos para conseguir tendencias (trending topic) y tenemos montado el lío otra vez. Aquel partido que tenga más dinero para comprar nuestros datos tendrá más posibilidades de ganar las elecciones. Las campañas electorales ya no se hacen en las vallas publicitarias. Se hacen en nuestro móvil.

*Abogado. Urbanista