Marte, el planeta rojo, tiene buenas condiciones de observación cada dos años y es visible a simple vista. Durante unas semanas, la Tierra, en su órbita alrededor del sol, lo alcanza y este destaca en el cielo nocturno haciendo gala a su nombre, el dios de la guerra, que tiene mucho que ver con su coloración y el color de la sangre.

Pero debido a que las órbitas de los planetas alrededor del sol son elípticas y no circulares, la Tierra y Marte tienen un encuentro más cercano cada 15 años, en lo que los astrónomos llaman oposición perihélica, y el planeta es aún moderadamente más brillante y evidente en el cielo nocturno.

Miles de castellonenses, desde diferentes ubicaciones que van desde el observatorio morellano de Torremiró hasta el Planetari, pasando por les Useres, vieron el pasado viernes --acompañado de más nubes de las deseables-- el eclipse total de luna que se produjo a primeras horas de la noche. Sin duda se percataron del brillante astro al sur de la luna roja. Era el planeta Marte en la citada oposición perihélica.

Y es que esa noche, el planeta rojo y la Tierra alcanzan su mínima distancia, la más cercana desde el 2003 --en la que una observación pública congregó a varios miles de personas en la explanada de la Magdalena-- y que en esta ocasión se ha distribuido entre varias decenas en nuestras comarcas de lugares coincidiendo con el eclipse de luna.

Marte estará a algo menos de 58 millones de kilómetros y nos permitirá que su brillo, solo comparable al planeta Venus (visible nada mas oscurecer hacia el oeste), lo haga muy fácil de localizar. Hasta el año 2035 no volveremos a encontrar a Marte tan brillante y tan cercano de nuestro planeta.

Con un pequeño telescopio ya es posible observar su casquete polar, bajo el cual la pasada semana se descubrió agua líquida, y también es posible distinguir algunas manchas oscuras que se corresponden con los accidentes geológicos más importantes, eso si la tormenta global de polvo a la que está sometida el planeta se calma. Marte es actualmente el planeta mejor estudiado de nuestro sistema solar. El desconocimiento de datos sobre el planeta hace más de 100 años, junto con las limitaciones tecnológicas, llevaron a unos pocos astrónomos a creer que albergaba vida inteligente, ya descartada.

Júpiter y Saturno, a la vista

También son visibles a simple vista Júpiter y Saturno, que presentan un brillo destacable, uno hacia el sur y otro hacia el este. La presencia de estos planetas simultáneamente en el cielo, que son visibles sin instrumento alguno, le confiere a este verano un encanto especial para vivirlo bajo las estrellas.

mediterraneo@epmediterraneo.com