Castellón ha sido noticia esta pasada semana por la presencia del “mejor profesor de España”, César Bona (uno de los 50 maestros que optan al Global Teacher Prize), en el Edificio Hucha, insuficiente para albergar a la muchedumbre que pretendía acceder al salón.

El conferenciante abogó por el cambio que, prácticamente ha iniciado en su escuela, que los alumnos vean el mundo y participen activamente en este proceso para cambiar las cosas y hacerlo mejor, más habitable. Para ello la escuela tradicional ha de cambiar. Es hora de propiciar la creatividad, la curiosidad y la motivación, tanto por parte de los docentes como de los alumnos. Hay que hacer grata la estancia en la escuela porque, como también decía en la década de los 60 McLuhan, en el Aula sin muros, “lo que agrada, enseña de modo mucho más efectivo”.

Hace falta, decía el conferenciante, empatía y sensibilidad, respeto, esfuerzo e implicación de los niños en el proceso. Y hace falta educar para la vida en el nuevo espacio humano que se ha abierto ya para conseguir transformar este mundo en un lugar mejor. Pero para enfrentarse a la vida es necesario dotar a los alumnos de las herramientas adecuadas.

César Bona también se refirió a la educación emocional, aprender a gestionar las emociones. Y, sobre todo, a que los alumnos se sientan implicados en la clase y participen en la sociedad. Otro modo de ver la escuela y la educación. H