Las encuestas publicadas anuncian que el panorama político español apenas ha cambiado en estos meses. Los que votaron derecha, votarán derecha. Y quienes votaron izquierda, votarán izquierda. No va a haber trasvase de votos de un lado a otro. Así pues, lo que se tenga que decidir lo decidirá la abstención.

La clave, queridos lectores, a fecha de hoy, está en saber qué lado de la balanza se verá más castigado por esa circunstancia. ¿El derecho, por su no es no? ¿El izquierdo, por su sí es sí? ¿O será el centro el que verá a sus votantes quedarse en casa? Toda apuesta, a estas alturas, es arriesgada. Nadie sabe qué va a pasar, y quien se atreva a pronosticar algo sabe que tendrá que cambiar de opinión mil veces desde hoy hasta el 10 de noviembre.

LOS ESPAÑOLES somos unos cachondos. Nos va la marcha y nos gusta la broma. Por eso, o tal vez por otros motivos menos serios, somos capaces de votar lo mismo que hace unos meses. ¡Me encantaría que así fuera!

Queridos lectores, a un mes de las nuevas elecciones, les animo a no aburrirse de la política. A no perder la esperanza y a ir a votar. Es necesario que nuestros políticos comprendan que la ciudadanía está por encima de todo.

*Escritor