Queridos hermanos: cuando yo tenía unos 16 años era lo que en aquella época de los años 80 se llamaba un «blavero». De los que decían que el valenciano era distinto del catalán y que la señera era con azul y hablaba solo en castellano (porque soy castellanoparlante de origen y de lengua materna).

En la siguiente década de los 90 me di cuenta de mi error a través de TV3 que por aquel entonces se podía ver (en los dos sentidos de la palabra). Y caí en la cuenta de que el catalán, el mallorquín y el valenciano son tres dialectos (tres lenguas) de un mismo idioma y que entre todos nos podíamos entender a la hora de hablar. Lo de la señera lo arregló el Estatut d’Autonomia. Por lo tanto, ya no había problema. También me gusta la cuatribarrada aragonesa que ahora han abandonado los catalanes para ponerle azul (¡Qué cosas tiene la vida, che!).

Y LO DEL HIMNO, ahora pasados los años, en los que nuestro himno sin letra nos ha dado un eslogan potentísimo como el de «Tots a una veu». Recordemos que la letra del himno es una verdadera joya que la izquierda rechaza por aquello de que empieza con Per a ofrenar noves glòries a Espanya… ¿Molestaría menos si dijera Per a ofrenar noves glòries a Europa… ? A mí me gusta bastante la idea porque pasa a ser mucho más integradora y potente.

En fin, que ojalá hubiéramos ido «tots a una veu» por una vez en nuestra historia y hubiéramos celebrado el 9 d’Octubre como nuestro día nacional, reivindicativo, reclamando lo que es nuestro. En lugar de volver a jugar a lo de catalanistas y anticatalanistas que tanto aburre y no nos lleva a ningún lado.

*Abogado. Urbanista