El turismo sacó del paro a cinco mil castellonenses el pasado verano. Es muy importante para nuestra economía, casi tanto como el azulejo o los cítricos, y debemos tenerlo mucho más en cuenta de lo que lo tenemos.

Es inaceptable que a los turistas, y a los veraneantes, que somos legión, nos achicharren a picotazos los mosquitos cada verano o que tengamos que andar huyendo de las avispas a cada minuto. Es inaceptable que algunos hoteles de la provincia den servicios de ínfima calidad a sus clientes, es inaceptable que determinados locales nos alimenten con cosas que harían vomitar a una cabra, es inaceptable que algunos camareros tengan los modales de un búfalo. Lo que el empresariado hostelero debe hacer es seguir el ejemplo de los buenos hoteles, restaurantes o cafeterías. Porque los hay. En muchas poblaciones costeras trabajan empresarios que son todo un dechado de virtudes. Ahí hay que ahondar. Ahí es donde unos y otros debemos apostar. En los hoteles y restaurantes que prestan servicios de gran calidad.

En cuanto a las administraciones, deben tomarse los temas de salud pública más en serio. Lo de la plaga de mosquitos debe terminar. Hay que erradicar a esos insectos de la faz de nuestro litoral. Sin medias tintas. Sin complejos. Con avionetas o sin avionetas. Con fumigadores portátiles o a cañonazos. Tanto da. Hay que actuar.

*Escritor