La cirugía más innovadora, en tres dimensiones, la que utilizan desde hace poco más de un año en los hospitales más top del mundo --también en Castellón--, ya manda en la UJI. Cuarenta cirujanos de media España se reúnen desde ayer en la nueva facultad de Ciencias de la Salud convocados por la cátedra MedTronic de Formación e Investigación Quirúrgica, el Servicio de Urología del Hospital General de Castellón y la Fundación Universitat-Empresa para abordar lo que se llama un workshop, unas jornadas de trabajo entorno a la uro-oncología y el cáncer de próstata, bajo la dirección del doctor Miguel Rodrigo, jefe de Urología del centro castellonense.

Urólogos, radiólogos, oncólogos y especialistas en Anatomía Patológica vieron en vivo y en directo, con unas gafas de 3D, y en una doble pantalla colocada en el salón de actos de Medicina, cómo tres cirujanos operaban a través de una laparoscopia la próstata de un paciente en un quirófano del General por los doctores Martínez Jabaloyas y Sánchez Llopis primero; y un carcinoma intraductal y carcinoma de próstata de diferenciación neuroendocrina de manos de la doctora Muñoz. Por la mañana, prácticas; por la tarde, teoría.

El doctor Rodrigo explica que las jornadas son «pioneras en una universidad pública» en España. Sí las hacen las farmacéuticas o empresas privadas del sector, por lo que el workshop es «un hito por segundo año --en el 2017 se trató el cáncer de riñón--, y más en un campo, como el de la Urología, que ha sido el último en incorporarse a la técnica de la laparoscopia». El director del curso subraya que «en estos pacientes y tratamientos hay mucha sutura intracorpórea, y la tecnología 3D facilita mucho a coger la aguja y el hilo, ver la profundidad y aprender la técnica quirúrgica y los trucos de primera mano». Las suturas son «más finas, exactas y rápidas».

Una técnica más segura

La aplicación de la cirugía laparoscópica en 3D permite, además, aumentar la seguridad en las intervenciones y reducir su duración hasta un 20%. Esta nueva técnica, que sustituye a la convencional, de dos dimensiones, aplica además menos anestesia, y la recuperación en el posoperatorio es más rápida. «Frente a la de 2D, cuenta con dos ópticas, y funciona como el ojo humano, y su aplicación permite ver mejor las estructuras y reduce también el tiempo de aprendizaje para los estudiantes y especialistas en formación. «Aprenden de los mejores de cada campo», destaca.

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