Jaime I visitó Castellón en cuatro ocasiones. La primera fue el 7 de julio de 1258. Su estancia hubo de ser breve, puesto que estaba en la ruta de un viaje a Barcelona. El dos de noviembre de 1260, el rey regresa a nuestra ciudad y le otorga licencia para utilizar el sistema de pesas y medidas del almudín de Morella, a fin de poder tasar áridos y líquidos, las dimensiones de las fincas, la tara del ganado y otros géneros, como consecuencia del incremento de la actividad mercantil. Con motivo de su tercera visita, acaecida el 13 de enero de 1267, concedió a la naciente villa franquicia de lezda y peaje que gravaban el tránsito del trigo por la localidad y también proveyó el aprovisionamiento de sal en la gabela de Burriana, que era desde tiempos islámicos una de las más importantes del reino. Recién iniciadas las obras de ampliación del perímetro murado frente a la «Porta Mijana» que se abría hacia poniente (el «Sasso» o zona montaraz del secano) Jaime I estuvo una cuarta y última vez en Castellón, prolongando su estancia desde el 12 al 22 de enero de 1271 para gustar de la abundante caza que había en el término, como años después harían sus sucesores persiguiendo jabalíes, ciervos, cabras, conejos o lobos. Bien por el contrario su esposa, la reina Yoles, no estuvo nunca por estos lares. Al menos no hay documentos que lo certifiquen..

*Cronista oficial de Castellón