La foto de unos operarios desmantelando las instalaciones de una de las cafeterías de la cadena en la que trabajaban hizo sospechar a Raúl Carmona y sus compañeros que algo pasaba. Pero no fue hasta el pasado día 22 cuando, en pleno ERTE, les notificaron el cierre definitivo de los cuatro establecimientos que la franquicia de Costa Coffee tiene en Málaga y Granada. Los fallos de la gestoría han provocado que parte de la plantilla sólo haya podido cobrar de momento los días de marzo, y las perspectivas se plantean negras para Carmona, que ha pasado a engrosar las listas del paro de junio. “Con todo a medio gas y ERTEs, me temo que no saldrá nada hasta Navidad o el año próximo”, explica.

Raúl, de 42 años y encargado del local de Granada, explica que la empresa se embarcó en un ERTE de cuatro meses. Cuando supieron del desmontaje de una de las cafeterías, preguntaron por su futuro, pero nadie desde la dirección les trasladó sus intenciones, más allá de que iban a intentar renegociar el precio de los alquileres, sobre todo en los establecimientos que estaban situados en centros comerciales y donde debían pagar además un porcentaje de ventas. Ninguna noticia más hasta que el 22 de ya les llegó la carta de despido a toda la plantilla -solo se mantienen los cuatro locales de Gibraltar- por la extinción del ERTE.

“Hay condiciones objetivas para cerrar, pero que lo hubieran hecho bien”, lamenta. Terminaron los contratos en pleno ERTE, pero no les avisaron con 15 días de antelación, y tampoco les han abonado esos días en el finiquito. Además, explica, lo han ejecutado como si fueran despidos individuales en vez de uno colectivo pese a ser más de 10 personas.

Sin cobrar por fallos de la gestoría

Pero lo que más les duele son los fallos en la gestión de ese ajuste, ya que la gestoría no ha mandado la documentación correcta y ha dejado a muchos de los trabajadores sin percibir las prestaciones correspondientes a abril y mayo, que esperan cobrar en estos días. “Hay compañeros, los que trabajaban menos horas, que han tenido que tirar estos meses con los 220 euros que cobraron por los 15 días de marzo”, detalla, “gente que tiene un alquiler, o que vive con su familia, ¿cómo hacen? Hemos estado llamando todos los días al SEPE, pero nos dicen que ellos no pueden hacer más si no le mandan la documentación correcta”.

En su caso, explica que su pareja trabaja en una residencia, y han tenido suerte porque tenían un pequeño colchón económico del que ir tirando estos meses. Durante el confinamiento se quedó cuidado a su hijo pequeño, de dos años, un plan que ahora deberá que estirar todo el verano ante la falta de guarderías. “En cualquier caso, aunque he empezado a actualizar currículos, mandárselos a gente que conozco, está todo muy parado, y antes de contratar a nadie las empresas tirarán de aquellos que están en los ERTE”, añade, “hasta Navidad me temo que no empezará a moverse nada”.