Con poco más de un año en el Villarreal, Álvaro González ya es todo un peso pesado en el vestuario. De hecho, su rendimiento durante este tiempo le ha valido una reciente renovación que le hace «sentir más importante».

A sus 27 años, el de Potes parece estar pasando por una segunda juventud, como así reconoce el propio jugador: «Pese a la edad que tengo no encuentro techo. Disfruto de todo lo que estamos haciendo y creo que sigo en línea ascendente. Además, con Calleja estamos aprendiendo cosas nuevas». Entre las novedades que está aplicando el técnico señala estas. «Nos está enseñando a disfrutar con el balón. Somos más conservadores en la posesión y aprovechamos más la plantilla que tenemos, permitiendo que no se noten demasiado las muchas bajas que estamos teniendo», afirma.

A RECARGAR LAS PILAS // No esconde Álvaro que el parón navideño servirá para recargar las pilas y encarar con fuerza un 2018 cargado de retos: «Tenemos pocas vacaciones, pero esperemos que nos sirvan para recuperar jugadores porque haremos falta todos para durar al máximo en Copa y Europa y seguir arriba en Liga».

A la hora de pedir un deseo para el nuevo año, el defensa no se queda corto: «Al margen de salud, que es lo más importante, le pido jugar una final con el Villarreal. Creo que el club se merece ya un título con todo lo que ha hecho los últimos años y ojalá sea en el 2018». Álvaro no olvida su primera final, en el Europeo sub-21 con Lopetegui de seleccionador y compañeros como Isco, Carvajal, Koke o Thiago, y quiere repetir: «Es lo más bonito que hay. Lo conseguí con la selección y ahora quiero hacerlo en un club. Después de jugar en Espanyol y Zaragoza, venir al Villarreal fue dar un salto de calidad en mi carrera, pero me gustaría poner demostrar mi agradecimiento al club con su primera final».

Una de las claves para conseguirlo estará sin duda en la portería: «Es una garantía juegue quien juegue. Asenjo me sorprende cada día como portero, pero es que cuando le tocó a Andrés nos salvó muchos partidos y Barbosa también fue clave. La competencia aquí siempre es máxima».