Nunca suele ser un buen momento para visitar el estadio del Atlético de Madrid, pero hay ocasiones en las que es mejor pisar terreno colchonero que otras, y la de mañana para el Submarino es una de ellas. En el que será el debut en competición oficial del Villarreal CF en el Wanda Metropolitano, el conjunto amarillo puede pescar en río revuelto. No en vano, cuando el balón eche a rodar a las 18.30 horas (beIN LaLiga), los de Javi Calleja tendrán enfrente a un contrincante que atraviesa uno de los peores momentos de la era Simenone, es decir, de los últimos seis años.

El combinado de la capital de España solo ha ganado uno de sus últimos seis partidos oficiales, en Vigo ante el Celta (0-1) la pasada jornada. Pero lo peor del caso es que, desde que cayera el pasado 23 de septiembre en Liga de Campeones en casa ante el Chelsea (1-2), los rojiblancos han añadido cuatro empates a su estadística, en Liga ante Leganés (0-0) y Barcelona (1-1), y las preocupantes igualadas en Qaragab (Champions, 0-0) y Elche (Copa, 1-1).

OBLAK, EL MEJOR

Un dato que refleja bien a las claras que el Atlético no es el equipo que nos tiene acostumbrados lo demuestra Jan Oblak. El guardameta internacional esloveno es, con diferencia, el mejor hombre del conjunto de Simeone en lo que llevamos de temporada. Sus paradas están salvando al equipo tanto en duelos difíciles, como ante el Barcelona, o en otros en teoría asequibles ante Leganés o Elche. Incluso en Baku ante el Qarabag.

POCO FÚTBOL

Además, el juego del equipo no está para tirar cohetes. El centro del campo hace aguas y el míster argentino de los colchoneros no termina de dar con la tecla. Parece haber perdido la confianza en Gabi, está utilizando en el eje a Thomas, pero que entra y sale, y ha tenido que retrasar la posición de Saúl, ante los problemas físicos de Koke.

PUNTERÍA DESVIADA

Y si no se genera juego, tampoco se termina de crear el peligro que un club de este nivel, llamado a pelear por Liga, Champions y Copa, está obligado a generar. Su fútbol es muy tosco y sus delanteros están negados de cara al marco rival... y eso que tiene cinco.

En el Atlético se ha instaurado la fobia al gol en el ataque. Nadie expresa mejor esa inseguridad que condena a un delantero que Luciano Vietto. En Elche tuvo cuatro ocasiones claras y en cada una de ellas emergió un ariete ansioso e incluso temeroso y dubitativo ante el gol. Simeone se giró desesperado hacia el banquillo en una de las oportunidades que desperdició. Pareció resignado a asumir que está ante uno de esos inexplicables casos de un ‘9’ que no logra romper una mala racha.

Vietto no se ha estrenado todavía en competición oficial, como Torres. Y tanto ambos como Gameiro, los nueves del equipo, parecen sobrepasados por lo que parece un casting permanente para saber cuál de ellos abandonará el club en enero. Con la alargada sombra de Diego Costa de fondo, por unas circunstancias o por otras, ninguno se ha instalado como pareja definitiva para acompañar a Griezmann (dos goles en Liga y uno en Champions) en ataque. Su lugar lo ha ocupado Correa, tres goles, y el jugador más clarividente y desequilibrante en ataque en lo que va de ejercicio.

Sin duda, síntomas de un equipo que no anda fino, que está a seis puntos del líder y es tercero en su grupo de Champions. El Villarreal debe meterle mano a este Atlético tan vulnerable.