Según los últimos sondeos realizados por el Barcelona o por encargo del club, el tan cacareado title rights o apellido del Camp Nou (todo el mundo sigue pensando en la poderosísima empresa farmacéutica catalana Grifols como principal candidata) proporcionará más de los 200 millones de euros pensados en principio, del mismo modo que la prospección de los mercados, tal y como reconoció recientemente el presidente Josep Maria Bartomeu, permiten intuir que los ingresos por explotación de las futuras instalaciones del Camp Nou y su entorno también superarán los 200 millones programados.

Si esas dos cifras se superan, aunque sea poco, significará que el Barça se endeudará por menos de los 200 millones de euros que le tocaría aportar como tercio de la cifra global que se ha pensado y aprobado para el Espai Barça.

Tras el visto bueno de socios, Ayuntamiento y Generalitat, las obras, que la junta de Bartomeu no verán acabar, tendrán continuidad a lo largo de años, entre otras razones porque el club necesita nuevas fuentes de ingresos, mejorar, modernizar y ganar en confortabilidad y usos su estadio, preparando al Barça para los retos que los otros grandes clubs afrontan con dinero de las grandes fortunas que se han convertido en sus propietarios.