Disipadas las dudas sobre el nivel que podía ofrecer Santi Cazorla en la recién finalizada temporada tras prácticamente dos años apartado de la competición oficial, al Villarreal le toca ahora redefinir la situación del centrocampista, que se ha acercado en el Submarino al altísimo nivel que demostró en su etapa en el Arsenal hasta los problemas físicos que estuvieron a punto de poner final a su carrera. Cazorla pactó el pasado verano un contrato de mínimos, consciente de que era una incógnita su respuesta. El asturiano puso en un segundo plano el tema económico para dar absoluta preferencia al objetivo de volver a sentirse protagonista en la élite. Pero, como dejó claro a principios de semana, ha llegado el momento de «modificar algunas cosas» para garantizar su continuidad.

El Villarreal entiende la postura del futbolista y no está dispuesto a poner en peligro la presencia de Cazorla en la próxima plantilla. El asturiano, es, además, una de las prioridades de un Calleja que, pese a no haber sellado todavía su renovación, volverá a ser el encargado de dirigir la nave amarilla. Y quiere de nuevo a Cazorla como líder dentro del campo.

Evidentemente, el Villarreal no se acercará a las cantidades que Cazorla percibía en el Arsenal. En el 2014, el centrocampista amplió su contrato con los gunners para tener una ficha de alrededor de 4,5 millones de euros. Pero la entidad amarilla sí deberá superar los casi 1,2 millones de euros que Cazorla ha acumulado con la fórmula que pactó en la recta final de la pasada pretemporada. A los 0,5 millones de euros de fijo se sumaron unos 680.000 euros en concepto de partidos jugados, un total de 46 entre la Liga (35), la Copa (1) y la Europa League (10), aunque solo en 34 de ellos tuvo una presencia significativa —un tercio o más de los 90 minutos—. Hacer frente al año adicional que se incluyó en el contrato le costará al Submarino hacer un esfuerzo para que el asturiano se sitúe en el primer escalafón de la plantilla en cuanto a salario.

JUGADOR APETECIBLE / El fenomenal desempeño de Cazorla en su regreso a la Liga española no solo no ha pasado desapercibido para el seleccionador nacional, Luis Enrique, que ha devuelto al Mago groguet a la Roja casi cuatro años después de su última convocatoria. El principal peligro podría llegar de alguna de las ligas emergentes con mayor poder económico. De momento ha trascendido el interés de Xavi Hernández de entrenar en el Al Sadd qatarí al que fue su compañero de selección. Otros cantos de sirena han llegado desde EEUU.

De momento, la firme determinación de Cazorla no es la de buscar una jubilación dorada en una competición cómoda, sino la de seguir dando guerra en una liga de primer nivel y en un equipo, el Villarreal, al que quiere guiar de nuevo hacia la zona alta. Eso sí, siempre que el reconocimiento económico esté acorde al rendimiento del que ha sido el mejor groguet de la temporada.