Cuando un partido se presenta tan igualado lo normal es que acabe igualado. Es cierto que la balanza se puede decantar hacia un lado o hacia el otro, pero lo que empieza siendo muy igualado acaba siendo igual de igualado. Ayer el líder Andorra recibía en su coqueto campo al segundo clasificado, el Villarreal B. Los dos equipos llegaban a esta cita con toda la igualdad del mundo: a puntos, a partidos ganados, a partidos perdidos, a goles marcados… y, claro, al final nadie pudo desequilibrar la balanza. Un punto para cada equipo y el gran beneficiado fue el Lleida Esportiu que con su triunfo ante el Nàstic alcanzó los trece puntos, al igual que andorranos y vila-realenses.

El partido, en líneas generales, estuvo muy equilibrado. Por momentos tocó mejor el equipo del Principat y por momentos lo hizo la joven escuadra de la Plana Baixa. Durante algunas fases estuvo mejor plantado en el campo el Andorra y en otras el Villarreal B. A nivel de ocasiones de gol quizá el filial amarillo tuvo mejores llegadas, aunque a la hora del remate final la cosa no funcionó como uno esperaba.

Sin novedades en el once / De entrada, cabe resaltar que el técnico Miguel Álvarez repitió el mismo once que ocho días antes cayó en el Mini Estadi de Miralcamp contra el Barcelona. No quiso introducir cambios. Diego Fuoli, en la portería; con Andrei Florin y Migue Leal, en los laterales, y Carlos Blanco y Sofian Chakla, en el eje de la zaga; por el centro, Ramón Bueno y Sergio Lozano; en los extremos, Iván Martín y Álex Baena; y en punta de ataque, Dani Villanueva y Edu Espiau.

El partido arrancó siendo igualado y con los dos equipos intentando hacer posesiones largas. Ambos vivían más cómodos con el balón en el pie que con el cuero en posesión del rival. Idas y venidas a las áreas, pero poco más. Sergio Lozano se ofreció para mover el juego del Villarreal B. No era una tarea nada fácil.

La primera aproximación clara llegó en el minuto 22. El lateral internacional rumano Andrei Florin subió por su carril zurdo, tocó con un compañero y luego lanzó un zapatazo desde la frontal que salió lamiendo el palo diestro del portal andorrano. Los locales tuvieron intentonas en los minutos 29, con un lanzamiento de Adri Vilanova que pegó en un defensa amarillo y se abortó el peligro, y en el 41 con una falta botada por Rubén Bover y que Musa Jr remató alto desde la frontal del área.

Misma igualdad / Sin goles se llegó al descanso. Y sin goles prosiguió el segundo acto. El partido era eso: igualdad. Además, con el paso de los minutos se notaba aquello de que cuando no se puede ganar lo mejor es no perder. Llegaron los cambios en ambas escuadras, pero el 0-0 persistía. Los dos equipos lo intentaron a balón parado, o con una jugada trenzada, pero nada.

Quizá la mejor ocasión de toda la segunda parte la tuvo el juvenil Álex Baena en el minuto 60, con un zapatazo desde la frontal del área que el portero local rechazó a saque de esquina. Lo demás fue un querer y no poder.