Con un planteamiento muy valiente,que mantuvo todo el partido, el Rayo Vallecano consiguió una victoria fundamental en su carrera por la salvación (a seis puntos), a costa de un Madrid limitado, sin producción de fútbol ni ocasiones, sometido al ritmo de partido del rival e impotente ante las exigencias de los de Jémez. A pesar de un éxito que se resistía desde hace 22 años, el Rayo sigue siendo uno de los principales candidatos a dejar la categoría, aunque el tanto de penalti de Embarba le permite aferrarse todavía a un milagro.

Zidane alineó un once alternativo en el derbi madrileño y el Rayo le impuso el único escenario de partido en el que podía sacar ventaja y, entre la locura, encontró una gran ocasión, abortada por Courtois, y un penalti dudoso, que el árbitro señaló tras consultar con la televisión, por agarrón de Vallejo, que Adrián Embarba transformó para poner por delante a su equipo. La reacción del Real Madrid no pasó por tomar el control del partido, convertido en un correcalles del que el peor parado fue el centro del campo blanco, lastrado por las pérdidas en campo propio que dieron vida al equipo de Jémez, que minimizó los peligros del rival y volvió a llevar el partido a su escenario predilecto de transiciones rápidas, intensidad y atrevimiento. El arrojo del Rayo parecía no tener límites, con una presión en todo el campo que, al tiempo que no dejó respirar a un Madrid superado, procuró a los delanteros rivales de unos espacios que mantuvieron vivas las expectativas de todos.

Pero el Madrid no está para hacer muchos esfuerzos, transitó por el final del partido con Bale en la punta del ataque, pero sin más opciones de empatar que las faltas que forzó Brahim.

Con ese panorama de dificultad recibirá el Madrid al Villarreal el próximo domingo (16.15 horas), quizá en uno de los mejores momentos para los amarillos para visitar el Bernabéu y poder cerrar así de forma definitiva su permanencia en Primera División, objetivo que se escapó ayer en La Cerámica ante el Huesca.

«Me gustaría que la temporada acabara cuanto antes, pero quedan tres partidos y no podemos acabar LaLiga dando esta mala imagen, yo el primero. Tenemos que respetar al club», avisó Zidane sobre la necesidad de reacción de los suyos ante el Villarreal.