Tras la confirmación por parte de la Juez Única de Competición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) de los equipos clasificados para la disputa de los play-off exprés a Segunda, entre los que se encuentra el CD Castellón, se ha desatado la guerra. La propia RFEF ha enviado una documentación a los participantes con cláusulas para nada lógicas y que eximen al organismo «de forma expresa de cualquier responsabilidad que traiga causa de la situación sanitaria existente» y que pudiera suponer la cancelación de la promoción.

En dicho documento se recoge que los clubs deberán pasar un segundo test serológico el día antes del partido (el primero lo pasaron antes de comenzar los entrenamientos) «si las autoridades sanitarias no lo prohibieran o desaconsejaran» y, en caso de que se registre un positivo, «el club no podrá disputar el partido o formar parte del encuentro los jugadores, técnicos infectados» por el coronavirus. Además el club se compromete al resto de recomendaciones complementarias.

Junto a este protocolo, el equipo se compromete a seguir una serie de recomendaciones para que los entrenamientos se inicien en las máximas condiciones de seguridad y que pasan por identificar posibles contagios, reducir la posibilidad de nuevos junto a una serie de recomendaciones básicas empezando por reforzar las medidas de higiene en el ámbito personal, familiar, social y deportivo.

El documento deja claro que «durante el tiempo que duren los entrenamientos y la competición posterior, los jugadores no deben hacer vida social y mantenerse en sus domicilios o lugares de concentración cuando terminan los entrenamientos. Evitando reuniones, saludos con la mano a fin de evitar las situaciones de posible contagio».

Los clubs tienen hasta el 4 de junio para firmar la autorización, pero ninguno parece dispuesto a hacerlo al considerar «ilegal» alguna de las cláusulas.