Sin victorias en los primeros 270 minutos de la temporada oficial, el Villarreal retomará la Liga este próximo sábado con la necesidad de dar un golpe de timón no a su juego, brillante por momentos en las tres primeras jornadas, pero sí a su efectividad, incapaz como ha sido hasta ahora de sacar partido a su capacidad de ponerse por delante en el marcador. Así lo hizo ante el Granada, el Levante y el Madrid, con un pobre balance de dos puntos.

Curiosamente, la reacción amarilla puede llegar por segundo año consecutivo en Butarque, y en unas condiciones prácticamente calcadas a las de la pasada campaña. En el estadio del Leganés el Submarino encontró en el anterior ejercicio la primera victoria en la competición doméstica, el mismo reto que 12 meses después buscarán los de Calleja. Aquel 0-1 con gol de Carlos Bacca rompió una racha de tres partidos sin victorias, con derrotas ante la Real y el Girona en casa y un empate a cero en Sevilla. El sábado, los amarillos están dispuestos a cortar otra mala racha: dos empates y una derrota.

Los de Calleja iniciaron ayer el trabajo para empezar a crecer en la clasificación. Esta vez, el objetivo es doble. Sí, los groguets quieren sumar por primera vez en esta Liga de tres, pero también darle posteriormente continuidad a los resultados positivos, algo que no pudieron conseguir en la campaña 2018/2019 con las consecuencias que todo el entorno del Villarreal recuerda con temor de una posible repetición: el sufrimiento hasta casi la última jornada de la competición.

Hasta el siguiente parón por los compromisos de las selecciones, el Submarino tiene por delante cinco jornadas en las que necesitará mejorar el balance de la anterior temporada para llegar al siguiente descanso en una situación cómoda. Hace ahora un año, el Villarreal comenzó en Butarque una racha de tres encuentros sin perder (siete puntos), frenada por dos tropiezos inesperados: uno en el Estadio de la Cerámica frente al recién ascendido Valladolid —aquel gol del cedido Leo Suárez— y otro en Cornellà ante el Espanyol, que dejó a los amarillos en las puertas del segundo paréntesis liguero con las peores sensaciones posibles.

EXIGENTE CALENDARIO / El Submarino quiere cambiar en las proximas cinco jornadas la zona baja por un hábitat más acorde a las expectativas de su nuevo proyecto. Leganés volverá a ser el punto de partida de la línea ascendente, pero después esperan otros exámenes. Por orden, la revancha en casa ante el Valladolid (sábado 21), la siempre especial visita al Camp Nou (martes 24), la llegada del Betis —un teórico rival directo por plazas europeas— a La Cerámica (viernes 27) y, para abrir octubre (sábado 5), el desplazamiento al siempre exigente Sadar.