Es una de las jugadas de la temporada. Una acción que ha generado un debate, enconado además, entre dos facciones que parecen irreconciliables. El penalti que Leo Messi puso en juego para que Luis Suárez rematase a la red del Celta (significó el 4-1, 6-1 al final) es legal, sí, eso lo sabe todo el mundo que conoce el reglamento, pero otra cosa es si se trata de una obra de arte o si, por el contrario, es una falta de respeto al adversario de turno.

Los protagonistas de la acción (por cierto, Neymar era el encargado de rubricarla, aunque el uruguayo se le adelantó) insisten en que era un homenaje a Johan Cruyff, que logró uno así con éxito en 1982, cuando militaba en el Ajax (el destacado exfutbolista y entrenador holandés está luchando contra el cáncer). Lo cierto es que se trata de un acción que solamente se ve muy de tanto en tanto y que se remonta a los años 50 (incluso hay aficionados amarillos que recuerdan haber visto uno así en El Madrigal y otros seguidores albinegros que también lo contemplaron en Castalia).

CRÍTICOS // Con todo, los detractores sostienen que si es un vacile, que si se hubiesen atrevido con un marcador más ajustado, si los protagonistas hubiesen sido de otro equipo... Incluso que hubo jugadores (el propio Suárez, pero también del Celta) que entraron en el área antes de que el argentino tocase el balón y que el portero se adelantó también, lo que hubiese provocado la repetición del mismo y, en consecuencia, eliminado el factor sorpresa...

Curiosamente, las mayores alabanzas han venido de fuera de España, puesto que la prensa internacional se ha volcado con la jugada, principalmente para elogiarla. Así, diversos medios tanto de Europa como de América han destacado el ingenio de Messi, tal como han hecho la BBC, The Guardian, L’Équipe, La Gazzetta dello Sport, Der Spiegel, O Globo u Olé, lanzando todo tipo de piropos a la jugada y a la generosidad de la Pulga, sin olvidar también varios precedentes de penalti indirecto.

EL ENTORNO DEL CELTA // En Vigo, sin embargo, la acción no terminó de gustar, quizás por una especie de venganza por el 4-1 encajado en la ida en Balaídos.

El entrenador del equipo celeste, Eduardo Berizzo, no consideró la acción como una falta de respeto: “El penalti fue ejecutado de un modo diferente, nada más”. Sin embargo, el diario El Faro de Vigo, al contrario, se mostró muy crítico: “Fue una licencia tan arrogante como vistosa que llegó con el partido sentenciado y que, adrede o no, acabó ridiculizando al Celta, un digno rival que se había ganado otro trato. Porque la elegancia en la victoria es todavía más necesaria que en la derrota, y los culés, viéndose ganadores, no estuvieron a la altura del marcador”, relató en la crónica. H