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@josellizarraga

Cuento las horas para ver de nuevo a Bruno Soriano dentro de un campo de fútbol con la camiseta del Villarreal. Le hemos echado de menos. Todo equipo necesita un gran capitán como es él. Es cierto que en su ausencia hemos tenido a otro referente como Daniele Bonera, que parece que haya estado toda la vida entre nosotros. Pero lo de Bruno es distinto. Es especial. Es como el zumo de una naranja de Nules, las sardinas del Grao, les nostres rajoletes o els flaons de Morella. Bruno conoce todos nuestros defectos y también, por supuesto todas nuestras virtudes.

Sí, el Villarreal es un gran equipo y, por suerte, no depende de un solo futbolista. Pero hay jugadores que forman parte del ADN de un equipo de fútbol y uno los identifica con él, como el color de la camiseta o el escudo. El Submarino puede jugar los partidos mejor o peor, pero necesita a su capitán. Su personalidad en el terreno de juego y darle el ritmo o la pausa que necesita en cada momento el Submarino.

Con él en el campo el Villarreal será más grande, más auténtico y más competitivo. Y su entrenador, Javier Calleja, tendrá un segundo dentro del campo. No olvido su cara de enfado cada vez que el Villarreal perdía un partido. Así como tampoco su serenidad cuando lo ganaba. Y siempre saliendo de su boca el discurso oportuno cuando la ocasión lo requería.

Al lado de Bruno los jóvenes futbolistas de la cantera que vienen apretando fuerte desde atrás se hacen mejores y más profesionales. Todos tienen que aprender mucho de él. Sobre todo la humildad, porque a todos les queda mucho camino por recorrer todavía. Seguro que si Rodrigo atiende a sus consejos, no volverá a cometer errores como ante el Slavia en Praga. Los galones son para algo. Si este vestuario del Submarino disfruta de un clima sensacional es en gran parte a la vigilancia de hombres como Bruno, aunque Bonera, otro verdadero fenómeno como persona, ha tomado el relevo durante todo este tiempo de ausencia del de Artana con ese carisma que solo tienen los grandes capitanes.

Bruno será pronto un refuerzo de lujo para este Villarreal que ha recuperado el gen competitivo de la mano de Calleja. Cada vez es más difícil ganar. Ya sea en Praga, Tel Aviv, Astana, Ponferrada, Girona, como lo es en el Santiago Bernabéu, en Mestalla o en el Camp Nou. Nadie gana a nadie sin correr y dejarse la piel sobre el terreno de juego. Luego está la organización y el talento. Lo primero lo pone un gran entrenador, con una tremenda ambición, como Javier Calleja, que ayer movió las piezas ante el Málaga con maestría. Lo segundo, el gran grupo humano de este equipo.

Bruno, sabemos que has vivido un auténtico calvario. No solo por el dolor o las molestias de una operación quirúrgica y todo lo que va detrás de ella, que no es poco. Posiblemente eso es secundario. Para un gran capitán como él, se lleva muy mal no poder estar al pie del cañón.

Todos tus compañeros le echan de menos. Se lo he oído decir a Manu Trigueros, Samu Castillejo, Jaume Costa, Pablo Fornals, Mario, Sergio Asenjo… en fin a todos aquellos a los que ha ayudado en el Villarreal con su generosidad.

Muy pronto los utilleros groguets, Jorge y Adrián, colgarán tu camiseta con el número 21 a la espalda en el vestuario. Está guardada con cariño. Y su gente te dará la ovación que te mereces en el Estadio de la Cerámica. A Bruno le echamos de menos. El fútbol también.