AMAÑOS. El fiscal Pablo Ponce relató ayer el procedimiento por el que, según su versión, se produjo el amaño en el partido entre el Levante y el Real Zaragoza en 2011 y que provocó la permanencia en Primera del club aragonés después de haber abonado a los jugadores del Levante 1,7 millones de euros, cantidad que ha sostenido que fue para comprar un encuentro «amañado, simulado y que fue una estafa». El fiscal insistió en que el Zaragoza «compró el partido» y que sus jugadores la semana de antes «estaban más preocupados por los maletines que por ganar el partido». efe