El Fenerbahce jugará la final de la Euroliga ante el Olympiacos al derrotar al Real Madrid por 84-75, en un partido en el que solo Sergio Llull estuvo a la altura de las circunstancias, ayudado por Jaycee Carroll en la segunda parte y cuando ya era tarde para evitar la debacle del equipo.

El Real Madrid llegó tarde al partido. Es, prácticamente, la mejor explicación posible al horrible comienzo del equipo, en el que sólo Sergio Llull llegó puntual. El base menorquín, que acabó con 28 puntos, anotó 11 de los 13 puntos de los madridistas en el primer cuarto, que finalizó con 21-13 para los locales.

Poco cambiaron las tornas en la segunda mitad, aunque con la heroica como única solución posible, los de Pablo Laso intentaron agotar sus pocas opciones. Ekpe Udoh, Bogdan Bogdanovic y Bobby Dixon acabaron de enterrar a un Real Madrid que falló en casi todo en el día más importante de la temporada y en el infierno turco. El domingo queda la penitencia del tercer puesto ante el CSKA Moscú (17.00 horas), que cayó ante el Olympiacos (78-82).