Los sentimientos de Luis Enrique en vísperas de su regreso a Gijón han quedado muy claros. "Soy sportinguista desde la cuna y hasta la muerte", ha proclamado el entrenador del Barça, asturiano de nacimiento y raíces y devoto confeso del equipo de su ciudad, en el que se formó y el que le dio la oportunidad de debutar en Primera División.

Para redondear la emotividad del Sporting-Barça, partido que fue aplazado en diciembre (corresponde a la jornada 16ª de Liga) por la participación del Barça en el Mundial de Clubs, como entrenador rival estará Abelardo, un amigo íntimo desde que tenían 7 años e iban juntos al colegio. El encuentro se disputa a las 18.30 horas para que no coincida con los partidos de la Champions League.

EL DESCENSO Y EL TÍTULO

El Sporting lucha por mantenerse en Primera (está a dos puntos del descenso) y el Barça por ser campeón. Objetivos muy distintos. Y momentos de juego diferentes. El once azulgrana, tras la noche "histórica" frente al Celta (a juicio de Luis Enrique) rinde visita con un carrerón de 30 partidos sin perder. "Si tiene que caer la racha en algún sitio, que sea en El Molinón, pero espero que dure cien partidos más", ha aclarado el entrenador azulgrana.

La devoción de Luis Enrique, clara, contundente, inequívoca,no oculta ni tamiza tampoco su profesionalidad. Ni el sentimiento culé del técnico, secundario al sportinguista, seguramente, pero que refuerza la voluntad de volver victorioso en un partido que permitiría ampliar la ventaja del Barça: seis puntos sobre el Atlético y siete sobre el Madrid.

PRIMERO EL BARÇA

"No es dificil gestionar un partido como este", ha dicho, por muchos sentimientos encontrados que haya. Que los hay. Pero toda dejarlos apartados ante un grada donde se sentarán familiares, amigos y conocidos. "Primero es el Barça y quiero ganar", ha insistido Luis Enrique.

Coincidiendo en un mismo espacio con Abelardo y el Sporting, era previsible que llovieran los elogios. "Abelardo consiguió subir de manera fulminante a un equipo que no era de los mejores de Segunda", ha empezado recordando Luis Enrique, antes de destacar que hoy ve a su rival como un equipo "muy trabajado" y "muy intenso", aventurando que viviría en una zona más tranquila de la tabla si hubiera tenido fichajes y jugadores de "más nivel".

SIN ALBA NI SERGI ROBERTO

Esa relación de amistad con Abelardo viene a ser algo parecido a la que une a Neymar, Suárez y Messi. "Una situación ideal en un equipo o en cualquier trabajo", opina Luis Enrique, que ve a los tres delanteros como tres amigos que disfrutan. "Eso se da en niveles muy altos; yo no disfrutaba tanto, estaban más pendiente de dar coces y evitar que me las dieran", ha añadido el técnico azulgrana, que ha dejado fuera de la lista a Jordi Alba y Sergi Roberto, junto con los más habituales Masip, Douglas y Sandro y el lesionado Rafinha.

Luis Enrique ha admitido que ni él ni Pitu Abelardo habrían imaginado nunca vivir la experiencia de ser entrenadores y la que se producirá hoy: enfrentarse cara a cara.

Del niño que acudía a la grada con una bandera cosida por su madre, del joven que dio vueltas en el vestuario como calentamiento el día de su debut "no queda nada". Un largo camino que acaba, momentáneamente, en el mismo lugar: El Molinón.