El Castellón está a escasas horas del, tal vez, el encuentro más importante que le queda hasta el final de la temporada... regular (será sinónimo de que estará en disposición de pelear, de nuevo, por el regreso a Segunda B en unos nuevos play-off). No solo por el adversario y el escenario, si no también por los efectos derivados de la clasificación, por la distancia que le separa del Atlético Saguntino (y, por añadidura, del liderato), con todo lo que conlleva. En todos los aspectos.

Mañana no se decide el primer puesto. Ni la victoria se lo asegura al Castellón (ni mucho menos, a pesar de que recortase a cuatro la desventaja respecto a los romanos, que podrían ser descabalgados del primer puesto por el Elche B, si este vence en Alzira), ni tampoco estará del todo descartado en caso de derrota (eso sí, convertiría la reedición del título de campeón de grupo en una quimera: 10 puntos más el coeficiente particular perdido con el Atlético Saguntino), pero si puede marcar tendencia en uno u otro sentido, especialmente si el signo del encuentro del Nou Camp de Morvedre es un 1.

El valor del compromiso contra los romanos va mucho más allá de los tres puntos. Incluso más de los siete en juego (ya saben: los tres que suma uno, los tres que deja de sumar el otro y el bonus del golaveraje particular, teniendo en cuenta el 0-0 de Castalia, en la primera vuelta). A la postre, el primer puesto vale muchos euros, con todo lo que está en juego, principalmente en materia económica, después de que el 30% del presupuesto esté supeditado a los ingresos que se obtendrán en la fase de ascenso.

POR ENCIMA DE TODO // Por descontado que, el propio regreso a la categoría de bronce no haría desaparecer de un plumazo los aprietos económicos del club, bajo los efectos del proceso concursal. Pero, desde luego, le dejaría en una situación mejor que en Tercera para encararla.

Además, sin ser prioritario, tampoco conviene perder de vista que, en juego, también está el pasaporte para la próxima Copa del Rey, reservada únicamente al campeón de grupo o, en su defecto, si la plaza es ocupada por un filial, por el equipo inmediatamente posterior. Sea como fuere, siguen valiendo los siete puntos de renta para los romanos, aunque el Ontinyent también está metido en el fregao, por no hablar de otros perseguidores (Torre Levante, Orihuela, Rayo Ibense...).

En consecuencia, pues, los alicientes y estímulos del Atlético Saguntino-Castellón son más y más potentes que nunca. H