El Novelda esta temporada ha parecido más la casa de los líos que un equipo de fútbol. En primer lugar, llama la atención la cantidad de entrenadores que han pasado por el conjunto alicantino. José Antonio Poveda, el actual, cogió el testigo del ilustre exfutbolista Javi Moreno, que salió hace un mes, que a su vez había llegado tras la dimisión de Víctor Bautista.

Llama la atención también los continuos cambios en la directiva --presidente incluido--, así como en la propia plantilla, como demuestra que ante el Castellón solo cuenten con 12 efectivos de la primera plantilla, más el portero suplente, lo que obligará a convocar a tres canteranos para mañana.

Por si fuera poco, dos de sus futbolistas más importantes --el interior Javi Salero y el defensa Javi Pagán--, no podrán ser de la partida por sanción. El primero cumplirá el último de los cuatro partidos de sanción aplicados por insultar a un árbitro, mientras que el segundo fue expulsado en el último encuentro.

Pese a esta situación, el propio Ramírez reconocía ayer que los albinegros no pueden confiarse un ápice en un campo siempre difícil como es La Magdalena y ante un rival que viene de plantar cara al tercer clasificado, Elche Ilicitano, que solo fue capaz de rascar un punto (1-1). De hecho, en la primera vuelta el Novelda ya fue el verdugo del anterior técnico, Ramón María Calderé, tras golear por 1-4 en Castalia el 18 de octubre. H