Javi Calleja continúa con su hoja de ruta. El joven técnico del Villarreal ha entrado con paso firme. Más intensidad en el trabajo diario y talante dialogante con el futbolista, contagiando ambición pero con mano firme y apostando por lo que él considera como lo mejor para el grupo. La lista de 18 jugadores que aterrizó ayer en el aeropuerto de Girona, equipo al que el Submarino visita por vez primera en la máxima categoría (16.15 horas, beIN LaLiga), contaba con las ausencias de dos de los fichajes más costosos de la historia del club: Ünal y Semedo. Alrededor de 30 millones se han quedado en casa, fuera de la convocatoria, mientras en la expedición figuraba el joven jugador del filial Ramiro Guerra, quien ya se puede considerar, con todas las de la ley, como el fichaje de octubre del Villarreal.

El partido de Montilivi supone un test para referenciar el nuevo estilo del Submarino pero, sobre todo, el indicador de las aspiraciones de una plantilla diseñada para luchar por una plaza europea, un objetivo que se ha puesto muy caro esta temporada. Un triunfo ante el recién ascendido Girona meterá a los amarillos en el grupo de los elegidos.

El preparador madrileño todavía no ha tenido el tiempo suficiente para entrenar su idea y patrón de juego, trabajo que también se ha visto obstaculizado por el calendario FIFA y la citación de varios jugadores con sus respectivas selecciones.

DOBLANDO COMPETICIONES // El regreso de la Europa League, el próximo jueves ante el Slavia de Praga en el Estadio de la Cerámica, motiva la dosificación de esfuerzos en el plantel, pero manteniendo la línea de tres o cuatro cambios. En Montilivi no cabe duda de que jugará el mejor once que el técnico considere oportuno, continuando con ese rombo mágico que ha implantado Calleja desde que asumió la dirección técnica del Submarino. Posiblemente, los ocupantes de esas cuatro posiciones se convierten en el mayor riesgo para acertar la composición del equipo de partida en Girona. Trigueros y Fornals apuntan a titulares, con la duda de Ramiro o Rodrigo para el mediocentro, o si será Castillejo o Soriano el elegido, aunque el malagueño parte como favorito. En la delantera la pareja Bakambu-Bacca es la mayor garantía para no regresar de vacío de Girona, igual que la composición del quinteto defensivo. Barbosa, en la portería, con Mario y Jaume Costa en los laterales, más el tándem Víctor Ruiz-Álvaro, aunque sin obviar a Bonera. El italiano se ha erigido en uno de los hombres importantes del Villarreal cuando ha saltado al terreno de juego. Pero más que la configuración del once, lo importante será la actitud, la intensidad y la fortaleza defensiva del equipo en Girona, asignaturas que Calleja tiene muy claras y sobre las que continúa poniendo un especial énfasis en cada sesión de trabajo y en cada charla que mantiene con sus futbolistas.

ESTÁN ALERTADOS // Para poner sobre aviso al Submarino, hay que echar mano de la reciente historia. La última visita a Montilivi concluyó con una dura derrota por 2-0, en diciembre del 2012, con Julio Velázquez todavía en el banquillo. Sin olvidar aquel encuentro de Copa del Rey, ocho años atrás, con Pellegrini al frente de los amarillos, que significó la eliminación después de perder 2-1 a partido único. Por aquel entonces, el conjunto catalán militaba en Segunda B.

El Villarreal ha renovado su ilusión. Un examen para el rombo mágico es el partido de Girona. No será fácil para el Submarino, pero tampoco para los locales, en su estreno en la categoría.