Marcelino siempre ha afrontado numerosos cambios en sus plantillas cuando ha dirigido a un club más de una temporada. Es su marca de la casa, y el técnico asturiano no lo esconde. En su manual, las múltiples variaciones de jugadores de una temporada a otra es una garantía para mantener un alto grado de competitividad dentro del grupo. Después están los imponderables, las salidas de futbolistas con los que se cuenta, pero que la ley del mercado aparta del equipo. Así, entre las salidas planificadas y las no deseadas el próximo mes de julio Marcelino tendrá en sus manos una plantilla muy diferente a la que ha dirigido en la campaña 2015/2016. Más de un tercio del Submarino de Champions estará formado por caras nuevas.

LOS HUECOS A CUBRIR // El club tiene previsto introducir en el primer equipo entre ocho y nueve refuerzos para compensar las bajas, algunas ya confirmadas como la venta del Eric Bailly al Manchester United, la de Denis Suárez al Barça o la cesión de Nahuel al Betis, así como los finales del periodo de préstamo de Areola, Adrián López y Baptistao. Además, el Villarreal espera encontrar nuevo equipo a jugadores con contrato en vigor como Samuel o Jokic. El cartel de jugadores como Bakambu, Musacchio o Tomás Pina podría aumentar el número de variaciones en el equipo.

Denis Cheryshev es la primera pieza de la recomposición de la plantilla para la temporada 2016-2017, en la que la dirección deportiva todavía debe encajar un guardameta para competir por la titularidad con Asenjo, un par de centrales --el madridista Diego Llorente será uno de ellos--, un lateral zurdo --el club no vería con malos ojos una cesión para Marín--, un mediocentro y un extremo --se cuenta en principio con la polivalencia de Jonathan-- y una nueva pareja de delanteros que releven a Adrián López y a Leo Baptistao. H