El Celta de Óscar García necesitaba de forma imperiosa acabar con una racha de cuatro encuentros sin ganar. No lo logró. Cedió otro empate, esta vez ante el siempre incómodo Osasuna, que echó mano de la conexión latina Pervis Estupiñán-Chimy Ávila para neutralizar el tanto que había conseguido Santi Mina. Un magnífico centro del ecuatoriano lo remató de cabeza, casi a ras de suelo, el argentino y premió el constante trabajo navarro.