«Y pensé, ¡que caray! ¡qué empiece el espectáculo!». Marc Márquez, que se ha pasado la vida oyendo a los suyos, a todos, a su familia de casa y a su familia del paddock, a ingenieros y amigos, a su manager y a su entrenador personal, que no debía ser tan impulsivo, arriesgar tanto, jugársela cada vez, dice haber cambiado, pero no es verdad. «Sí lo es, sí», cuenta. «Ahora solo arriesgo cuando creo que la recompensa lo merece y, sobre todo, cuando creo que puedo ganar. Y hoy (por anoche), podía ganar, pero en la última curva no salió todo cuadrado, me descompuse un poco y es que iba a tope», confesó el español.

Márquez admitió que ese tres de tres que Andrea Dovizioso tiene con él, en los duelos cara a cara (Austria-2017, Japón-2017 y Catar-2018), no le preocupa lo más mínimo. Sí, es cierto, pura verdad, que él atacó a muerte en esos tres finales, en esas tres últimas vueltas, tres últimas curvas, en las tres rectas, y perdió. «Pero los tres sitios son circuitos que no son míos, que no me gustan, que no les va ni a la Honda ni a mi pilotaje y, por tanto, el dolor es menor. Veremos si le gano en el cuarto intento», explicó el piloto de Honda. El nen de Cervera destacó que se pasó la carrera esperando que llegase Dovi a la cabeza. «Estaba esperando al rojo porque sabía que llegaría, sabía que esta era su carrera, su circuito, una de las que podía ganar». Y el rojo llegó. «Y cuando llegó, me enganché a él, pero sufrí muchísimos. Iba colgadísimo. Se movía la rueda delantera ¡y suerte que escogí la goma dura!, temblaba la trasera, cada vez que apuraba la frenada era una montaña rusa. Iba al 120% de mis posibilidades. Pero debía engancharse a Dovi, tanto que, cuando él llegó, rodamos un segundo más rápido por vuelta. Por eso nos escapamos de todos», analizó el tetracampeón.

Arriesgar para ganar

Y, a partir de ese instante, había que jugársela mientras reconoció, con su dedo pulgar derecho clavado en su cuello, que iba fuera de sitio. «El podio es sensacional, el segundo puesto muy bueno y el espectáculo que hemos dado el que se merecen nuestros aficionados», añadió. Si no hubiese arriesgado en la última vuelta acaba «el séptimo u octavo». Y, sí, según el español «solo cuadrándose las cosas en la última curva hubiese podido ganar, pero no se dio», lamentó.

Solo ha perdido cinco puntos en casa de Ducati, en un trazado que no le gusta. «El jueves, cuando llegue a Catar, hubiese firmado este segundo puesto con sangre. Pero, eso sí, si no lo intento, no duermo tranquilo», indicó. Lo intento y, como siempre, levantó al público (poco) de sus asientos y a millones de motards del sofá. Y esto solo no ha hecho más que comenzar, pues todavía aguardan 18 sesiones sumamente apasionantes.