Contrariado, molesto y cabreado por la última media hora de su equipo —«ha sido la peor de la temporada»—, el entrenador del Villarreal CF, Javi Calleja, dejó muy claro que a sus futbolistas les faltó ayer en Son Moix «intensidad y pegada» en el tramo en el que, tras el 3-1, tuvieron que dar un paso al frente en busca, como mínimo, de la igualada.

No quiso excusarse en las penas máximas, aunque confesó que les pesaron: «Es evidente que los penaltis han marcado el encuentro». «En un fútbol tan igualado como este, jugadas de este tipo te hacen decantar el partido de un lado o del otro», añadió.

Incluso se quejó de la primera pena máxima. «En una jugada aislada, en un córner, se cometió un penalti que nos costó muy caro», incidió, añadiendo que «solo el árbitro ha visto el primer penalti tan claro, para el resto es, cuanto menos, dudoso». «Además, pienso que ha hecho mucho más Kubo por tirarse encima de Iborra que el propio Iborra en dicho penalti», dijo, añadiendo que le parece «lógico que el VAR decida que es el colegiado quien debe tomar la decisión, porque es de apreciación». «Pero es el árbitro el que toma la última palabra y no ha querido ni ir a consultar ni rectificar», matizó.

DECEPCIÓN POR EL JUEGO / Lo que más mal le supo a Calleja, es no haber sabido controlar el juego tras el 2-1. «Hemos sabido reponernos a los dos penaltis y a los dos goles. Hemos ido a buscar la remontada, generando ocasiones antes del descanso, pero sin finalizar bien las jugadas. Pero con el 2-1, lo que tenía que haber sido un gol que nos diera la tranquilidad y que nos ayudara a sacar algo positivo, hemos realizado todo lo contrario», apostilló.

No dudó en reconocer que «a partir de ahí hemos jugado la peor media hora de lo que llevamos de Liga: nos hemos precipitado y no hemos sido contundentes, jugando a ráfagas».

«El Mallorca es un bloque sólido que cada partido lo pelea a muerte. El 3-1 ha acabado de matarnos. Hemos estado vivos hasta el 2-1, pero con el tercer gol nos hemos venido abajo», dijo.

FINALIZACIÓN / Calleja recalcó los motivos de la derrota: «No hemos terminado jugadas, no hemos sido intensos ni finalizado acciones, nos ha faltado ese segundo tanto que nos hubiera metido en el partido». «Es verdad que no terminamos de mostrarnos fiables fuera de casa. Hay que comprender que cuando bajamos un poco la intensidad, es muy difícil ganar encuentros», insistió.

A su vez, volvió a la carga confesando que deben ser «más contundentes con el marcador igualado». «Cuando se pone el marcador cuesta arriba, nos falta convicción en que podemos revertir la situación», aseveró.

«Si me voy disgustado, es por la última media hora, porque nos ha faltado ese empuje final y ese arreón que te hace creer en poder darle la vuelta al marcador», profundizó. «No ha sido así y tenemos que buscar soluciones para saber qué nos pasa fuera de casa y darle una vuelta a la clasificación», finalizó un Calleja que, con todo, no que estén metidos «en una mala racha, solo han habido unos resultados adversos». «Ahora toca trabajar y preparar a conciencia el próximo partido ante el Celta», concluyó, con la mirada puesta en el encuentro del 24 de noviembre.