El Atlético, con lo mínimo, se mantiene en la persecución del Barcelona. Anoche le bastó con el gol de Fernando Torres, a un cuarto de hora del final, para imponerse a un Alavés respondón (1-0) en el Wanda Metropolitano.

El delantero fuenlabreño actuó como revulsivo, al marcar un centro preciso de Vrsaljko a los cinco minutos de salir. El internacional croata es otro de esos futbolistas sobre los que Simeone mantiene una fe ciega.

Una victoria bastante gris que deja a los rojiblancos a tres puntos del Barcelona (éste, a expensas, esta noche, de su enfrentamiento en el Camp Nou con el Deportivo) y con la que apean de la segunda plaza al Valencia.

El Atlético nunca se sintió cómodo. Ni con el balón ni sin él. Ni en la salida ni en la proposición ofensiva, bloqueada contra el rigor en los espacios de su adversario, ni en la pérdida de la posesión, cuando el Alavés tenía muy claro entonces el plan: transición rápida, velocidad, verticalidad y contraataque. A los vitorianos les alcanzó para mantener el 0-0 durante 74 minutos, antes de que la conexión Vrsaljko-Torres acabara con sus esperanzas de puntuar, después de la transformación obrada, en tiempo récord, por Abelardo en el banquillo.

Con el marcador a favor, todo fue mucho más fácil, aunque los colchoneros no terminaron de cerrar el envite, si bien es verdad que el Alavés ya llevó poco peligro a los dominios de Oblak.