Un tanto en el minuto 77 de Diego Godín, invalidado en primera instancia por el arbitro Iglesias Villanueva aunque corregido y concedido posteriormente por el VAR, cuando el partido apuntaba al empate, sostuvo la fe del Atlético en que LaLiga todavía es posible, vencedor apurado contra el Girona, sentenciado con el 2-0 de Antoine Griezmann con el encuentro ya terminado, mientras ya divisa el Camp Nou.

Este sábado contra el Barcelona, el líder, el conjunto rojiblanco definirá si realmente existe alguna posibilidad de conquistar el campeonato o, al menos, competirlo hasta el final. De momento, anoche ganó a trompicones, con mucha más insistencia que fútbol, cuando el duelo de dirigía hacia un 0-0 inasumible.

Lo hizo superada ya la media hora del segundo acto, entre el cabezazo de Godín -en un centro de Vitolo que despejó mal Gorka Iraizoz ante la presencia de Griezmann- y el VAR, que resolvió unos minutos después una jugada tremendamente ajustada por la posición por milímetros legal del francés, cuando incluso el público daba el 1-0 por anulado.

Sin la combinación de ambos elementos, ya no habría Liga para el Atlético, que estalló con el gol, aliviado por la trascendencia de un 2-0 que le da vida para el Camp Nou y por la resolución de un duelo que recorrió más de un ahora en el alambre con el Girona, que lamentará horas una parada de Jan Oblak a Seyodu Doumbia en el tercer minuto. Pero teniendo en cuenta los ocho puntos de ventaja de los azulgrana, con 24 por disputarse, la empresa se antoja aún muy difícil.