Nada más acabar la pasada campaña, el Villarreal ya tenía claro hacía qué objetivos iba a apuntar para retocar una plantilla que seguirá, en su amplísima mayoría, a las órdenes de Escribá durante el próximo ejercicio. Enes Ünal fue el hombre elegido para completar una delantera en la que las únicas salidas estaban cantadas, las de los atacantes a préstamo, Santos Borré y Adrián López, que han regresado a sus clubs de origen, Atlético y Oporto —en este caso por la negativa del club amarillo de utilizar la opción de compra pactada con la entidad portuguesa—.

En la defensa existían más dudas sobre el perfil a elegir para cubrir el hueco de un peso pesado como Musacchio. Roig Negueroles se debatía entre la experiencia de un jugador ya hecho y con tablas en el fútbol europeo de élite o la proyección de un central de futuro, una apuesta que ya dio buenos resultados con Gabriel y Bailly, traspasados a la Premier por altísimas cantidades. La opción B fue la elegida y el Submarino incorporó la frescura de los 23 años de Semedo a una zaga más experimentada que mayor, pese a los 36 años de Bonera, renovado un año más a final de Liga.

Estos últimos movimientos se unen al regreso de Adrián Marín tras su cesión en el Leganés para rebajar la media de edad del Villarreal 2016/2017, que pasará de 26 a 25 años. Más notable se hará la diferencia en el teórico once inicial, en el que el cambio de Musacchio por el internacional portugués sub-21 Rúben Semedo y la entrada del turco Enes Ünal por alguno de los dos fijos para Escribá en el tramo final de la pasada campaña, Bakambu o Soldado, bajará algo más la media de una teórica alineación titular, de los 28 a los 26 años.