Cepsa anunció ayer que perdió 556 millones de euros en el primer trimestre del año, frente a los 151 millones que ganó en el mismo periodo del 2019. Los números rojos se deben a que el hundimiento de los precios del petróleo le ha llevado a realizar una provisión de 350 millones por la devaluación de sus inventarios de crudo y productos petrolíferos y a apuntarse un deterioro del valor de sus activos de exploración y producción de otros 188 millones. En consecuencia, la segunda petrolera española, controlada por Mubadala (el fondo soberano de Abu Dabi) y el fondo Carlyle, apuntó que ha lanzado un ERTE en su red de 479 gasolineras, que cuenta con unos 2.500 empleados.

Durará desde el 29 de abril al 31 de octubre y será rotatorio, con lo que habrá unos 1.200 afectados en cada periodo, que cobrarán todo su sueldo fijo pero verán la parte variable reducida al mínimo. Se trata del primer ajuste temporal de empleo en una de las grandes redes de estaciones de abastecimiento de combustible, que han sido declaradas un servicio esencial durante el estado de alarma. La medida se encuadra en su plan para reducir en 100 millones de euros sus gastos operativos fijos de este año.