El Banco Central Europeo decidió ayer mantener los tipos de interés en los niveles de mínimo histórico en que permanecen desde marzo del 2016 y conservarlos en ese punto al menos hasta el final del 2019, o todo lo lejos que sea preciso para encauzar la inflación de la zona euro al objetivo del 2% (el 1,4% en marzo). Esta decisión --que reitera la de los últimos meses-- incluye mantener el precio oficial del dinero del 0% y conservar el tipo negativo del 0,4% para los depósitos que las entidades financieras guardan en el BCE.

En una reunión de trámite, el presidente del BCE, Mario Draghi, decidió dejar para otra ocasión (en junio o más adelante) la concreción de la nueva inyección de liquidez anunciada en marzo que el banco central pretende poner a disposición de los bancos a partir de septiembre para contribuir a reactivar el débil crecimiento de la economía europea. «No ha sido una reunión operativa», reconoció Draghi.

También se dejó para más adelante el anuncio de una posible decisión que permita a las entidades financieras aliviar el lastre que supone la remuneración de sus depósitos con una tasa negativa, del -0,4%, durante un periodo que ya excede de los tres años.

Existía la posibilidad de que el presidente del BCE hubiera anunciado ayer un posible cambio relativo al tipo del -0,4% de la facilidad de depósito. Los bancos lo esperan con ansiedad pues ven en esta tasa negativa una de las causas de la baja rentabilidad de su negocio.

Draghi no dio por seguro que este efecto sea tal, pero lanzó un significativo guiño a las entidades al reconocer por primera vez en su intervención inicial que el organismo va a evaluar si el mantenimiento de los tipos de interés negativos «requiere mitigar posibles efectos colaterales, si los hubiera, sobre los bancos».

En marzo ya hizo una referencia similar en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno. La novedad ahora es que esa misma frase ha sido leída por Draghi en su intervención previa, y eso, conociendo la extremada prudencia con que el BCE maneja su comunicación hacia el exterior, puede ser interpretado como un guiño en toda regla al sector financiero.