El Producto Interior Bruto (PIB) del Reino Unido registró un crecimiento del 0,3% en el tercer trimestre, después de haber retrocedido un 0,2% en los tres meses anteriores. Esquiva, de esta forma, la entrada en recesión técnica la segunda mayor economía de la UE, según reflejan los datos de la Oficina Nacional de Estadística (ONS).

«El PIB creció de manera regular en el tercer trimestre, principalmente por un fuerte mes de julio», explicó un portavoz de ONS. Detallaron los resultados registrados en los servicios y la construcción, mientras que las manufacturas mostraron una contracción de la actividad. Entre los meses de julio y septiembre los servicios crecieron el 0,29% y la construcción el 0,04%, mientras que la agricultura no creció y las manufacturas cayeron un 0,01%.

En la comparativa interanual, el PIB del Reino Unido creció un 1% en el tercer trimestre del año, su menor expansión desde el primer trimestre del 2010. «Mirando el panorama del último año, el crecimiento se ralentizó hasta su menor ritmo en casi una década», añadió la oficina estadística británica. Los medios británicos consideran que los datos arrojan algunas señales de preocupación para el primer ministro y su responsable de Hacienda, Sajid Javid. Gran parte del crecimiento del tercer trimestre se produjo en un julio fuerte, antes de que la economía se desacelerara en septiembre. Las cifras mensuales son más volátiles que las medidas a largo plazo.

«Con las elecciones a menos de cinco semanas de distancia, claramente esta no es la buena noticia que el Gobierno podría haber esperado», dijo Ruth Gregory, economista sénior del Reino Unido en Capital Economics. «Y es probable que haya una mayor debilidad en el cuarto trimestre. A menos que la incertidumbre del brexit se desvanezca y se produzca un impulso fiscal, esto podría hacer que el Banco de Inglaterra esté más inclinado a reducir los tipos de interés.