La secretaria de organización de Ciudadanos en Castellón, Sandra Julià, calificó de «tontería» el proceso judicial por el que la número dos del partido por Castellón para las elecciones autonómicas, Cristina Gabarda, se ha sentado en el banquillo de los acusados por un delito de injurias. Julià, que es la número uno al Congreso, se mostró convencida de que esta cuestión «no irá a más» y rechazó posicionarse sobre si su compañera de formación debe dejar sus cargos en caso de ser condenada.

Gabarda compareció este martes en el juzgado de lo penal 4 de Castelló tras la querella interpuesta en su contra por el presidente provincial del PP, Miguel Barrachina, después de que la actual concejala por Ciudadanos en la capital de la Plana y diputada provincial publicara en diciembre del 2015, en su perfil de Facebook, un montaje en el que el popular aparecía con un uniforme de preso y entre rejas y se le tachaba de corrupto.

Julià trató ayer de quitar hierro a este asunto y manifestó que la apertura de juicio oral, que tuvo lugar el martes --el mismo día quedó visto para sentencia--, dejó en «ridículo» a quienes «buscaban dañar su imagen y su reputación» por un asunto que a su entender no tiene «ni pies ni cabeza».

Sin embargo, el proceso pone a Ciudadanos en un brete, puesto que el código ético de la formación naranja obliga a los representantes institucionales y los cargos orgánicos a poner su cargo a disposición del comité ejecutivo del partido «si resultara acusado por el Ministerio Fiscal por la comisión de cualquier delito». De hecho la Fiscalía pide para Gabarda, que aspira a convertirse el próximo domingo en diputada autonómica al ir de número dos por Castellón, 7.200 euros de multa con una responsabilidad penal subsidiaria de seis meses de cárcel en caso de no abonarla. La acusación particular pidió que el dinero a pagar por la dirigente de Ciudadanos ascendiera a 8.400 euros.

En su declaración, la diputada provincial aseguró que la publicación fue un accidente, ya que quería adjuntar una imagen distinta a su mensaje; y que cuando se dio cuenta,

«cuatro minutos después», la borró. Por su parte, Barrachina dijo que se sintió «humillado» por el post y denunció la «indefensión» en la que le dejaba al no pesar sobre él imputación alguna.