A las protestas de los aliados Sánchez respondió con el anuncio de un fondo no reembolsable de 16.000 millones que recibirán las autonomías, medida que va acompañada por un despliegue intenso de llamadas de destacados miembros del Ejecutivo y del PSOE a los principales socios para evitar un plantón el miércoles.

En la comparecencia de Sánchez latió de fondo la fuerte preocupación que hay en el Ejecutivo por el plantón de sus aliados. Esta semana, PNV, ERC, BNG y Bildu han avisado a la Moncloa de que no cuenten con ellos para votar a favor de otra prórroga. Consideran que el Gobierno actúa con un centralismo ineficaz, piden la devolución de competencias que consideran usurpadas y exigen el fin del estado de alarma. Estos partidos fijarán el lunes en sus respectivas ejecutivas el sentido de su voto. De ser negativo, Sánchez quedaría en manos de Pablo Casado y el pleno se convertiría en una especie de moción de confianza informal.

En una comparecencia desde la Moncloa para informar sobre el inicio de la desescalada, el presidente del Gobierno explicó que se trata de un fondo no reembolsable «para que ninguna comunidad se quede atrás, con independencia del impacto de la pandemia en cada territorio. Es un esfuerzo extraordinario el del Gobierno de España de solidaridad interterritorial porque se plantea al conjunto de las comunidades», ha indicado Sánchez.

Según adelantó, la cuantía total del fondo será repartida con 10.000 millones de euros para gasto sanitario -«que es donde el conjunto de administraciones están volcando su capacidad financiera», según señaló--, 5.000 millones de euros servirán paliar las consecuencias de la «caída económica» derivada del coronavirus y 1.000 millones de euros irán destinados a gasto social.

«El Gobierno tiene la determinación firme de gobernar para todos y escuchar a todos», afirmó Sánchez, que reclamó a todas las administraciones y partidos el seguir «trabajando juntos».