Para posibles desórdenes entre el II aniversario del 1-O y la publicación de la sentencia del procés, el Ministerio del Interior no enviará muchos más refuerzos de los ya decididos, 200 antidisturios, dejando el peso de la seguridad ciudadana a los Mossos. «Es lo que corresponde a sus competencias, y la coordinación está siendo muy buena», recuerdan en el Ministerio.

Pero no es un plan cerrado, sino sometido a revisión continua del grado de la amenaza para la calle o para ciudadanos (políticos, fiscales, jueces, policías…) que supongan algaradas y sabotajes. «Tanto de infraestructuras como de personas se hace una valoración objetiva del riesgo y se adoptan medidas proporcionadas al mismo», advierte la misma fuente ministerial.

Los Mossos d’Esquadra confirman la buena coordinación con las Fuerzas de Seguridad del Estado (FSE). Los días críticos de grandes manifestaciones prevén que en el Centro de Coordinación (CECOR) de Mossos en Barcelona estén presentes agentes de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía, y que la llegada de refuerzos policiales estatales a las calles se supedite a una previa petición de los Mossos.

Diversas fuentes dan por hecho que los CDR y otras entidades independentistas promoverán manifestaciones y una aturada de país tras la publicación de la sentencia del procés.

Esta vez, tanto Mossos como FSE intentarán evitar que se repitan las escenas del 1-O. Ni patadas voladoras, ni ancianos magullados... El Gobierno de ninguna manera quiere proporcionar al secesionismo nuevas fotos para su relato de represión.

Por los sondeos que mandos de Policía y Guardia Civil han realizado entre sus colegas de la policía catalana, los primeros están convencidos de que la Brigada Móvil y las Áreas Regionales de los Mossos «se emplearán a fondo en la calle» y no eludirán órdenes judiciales ni misiones de orden público: «Tampoco los Mossos quieren que se repita su foto del 1-O», aseguran quienes en la Guardia Civil los tratan a diario.