C uando menos se esperaba, el caso Dina le ha estallado al Gobierno y amenaza con provocar tensiones entre el PSOE y Unidas Podemos. El juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón pidió ayer al Tribunal Supremo que investigue a Pablo Iglesias en relación con el robo del móvil de su exasesora Dina Bousselham. Un varapalo judicial para el vicepresidente segundo que, como primera consecuencia, eclipsó a Pedro Sánchez en la presentación de los planes del Ejecutivo para absorber los fondos europeos.

La noticia, esgrimida desde el primer momento por la bancada de la derecha para exigir el cese de Iglesias, instaló al sector socialista del Consejo de Ministros en un férreo silencio, roto únicamente por la ministra portavoz, María Jesús Montero: «Pablo Iglesias sabe que tiene todo nuestro apoyo». Las palabras las confirmó Sánchez horas después en una conversación informal con periodistas antes de subir a un avión con destino a Argelia. En las filas moradas, ministros y diputados salieron en tromba a defender al vicepresidente y calificaron la decisión del juez de un intento de «destruir» a Iglesias.

«No damos crédito», subrayaron voces del partido morado que no entienden que, a mediados de septiembre, la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional aceptara el recurso presentado por Iglesias para volver a ser considerado como «perjudicados» en el caso Dina y que, semanas después, pretendan imputarle delitos a su jefe de filas.

«El juez se salta a la Audiencia Nacional y a la fiscalía porque contra Podemos y contra Pablo Iglesias vale todo», lamentó el portavoz parlamentario del partido, Pablo Echenique, a través de Twitter. El dirigente morado, que criticó que se intente «destruir» a Iglesias, señaló que consideran «inconcebible» que el Tribunal Supremo acepte la petición de García Castellón. Al respaldo se sumaron los ministros morados Yolanda Díaz y Alberto Garzón.

La noticia puso en tensión al PSOE. En el Gobierno, primero la ministra portavoz lanzó un capote a Iglesias. «Respetamos a la Justicia y Pablo Iglesias sabe que tiene todo nuestro apoyo», dijo al abandonar el pleno del Senado. En una conversación informal antes de tomar un avión rumbo a Argelia para una visita oficial, Sánchez reafirmó las palabras de Montero y comentó que ya le había trasladado su respaldo a Iglesias a través de una conversación telefónica.

Aun así, la tónica general entre los socialista fue el silencio. Fuentes cercanas a la cúpula del PSOE señalan que «la consigna es, de momento, aguantar», aunque si el asunto «se complica, quizá desemboque en una salida de Iglesias, que podría suponer la salida de Unidas Podemos del Gobierno».

Sin embargo, para llegar a ese punto todavía queda. Primero, el Tribunal Supremo debe aceptar investigar a Iglesias, designar a un magistrado para que lleve el caso y solicitar un suplicatorio al Congreso para citarle, si este no quiere declarar por voluntad propia. Sería en ese momento en el que el PSOE se encontraría en una situación delicada, debiendo pronunciarse sobre si concederlo o no.

No obstante, desde la cúpula socialista prefieren no adelantarse «porque todo cambia de un día para otro». Por lo pronto, lamentan que el caso Dina estallara ayer y lo califican de «un ataque evidente al Gobierno». «Es una hostia y nos ha jodido, claramente, porque además era el día del anuncio estrella del plan de recuperación. En política, casualidades, las justas», sentencian.

Pese a que fuentes del Gobierno apuntan que «aguantarán» la presión, la oposición conservadora cargó duramente contra el Ejecutivo. El líder del PP, Pablo Casado, tardó apenas unos minutos en pedir en Twitter a Pedro Sánchez que expulse a Iglesias del Gobierno, informa Pilar Santos . «Debe cumplir la misma vara de medir que exigía en su moción de censura», escribió.

La líder de Cs, Inés Arrimadas, también aprovechó para arrinconar al Gobierno y solicitó la comparecencia de Iglesias en el Congreso. Además, subrayó que, en el caso de ser imputado, Iglesias debe dimitir. Vox trató de apuntarse un tanto por haber presentado una querella contra el vicepresidente en agosto. H