Fundada el 20 de febrero de 1274 por el rey Jaume I, Vila-real atesora 745 años de historia de los que todavía se conservan algunos escasos pero valiosos elementos patrimoniales datados de esta época, pero también con aportaciones más actuales.

Al margen de los testimonios de la cultura eneolítica (como Villa Filomena), ibérica y de la dominación romana, la larga ocupación musulmana dejó una rica herencia que pervive, básicamente, a través de los topónimos. No obstante, el término municipal cuenta con diferentes elementos bien visibles, palpables y, en ocasiones, poco conocidos, dignos de contemplar.

Vila-real dispone de diferentes enclaves catalogados como Bien de Interés Cultural (BIC), como son la Torre Motxa, la iglesia Arciprestal San Jaime o el Hostal del Rei y la plaza de la Vila. El primero de los elementos es el único que se conserva de las cuatro torres que enlazaban la muralla que rodeaba la villa medieval. Un espacio que a lo largo de este primer cuatrimestre del año será rehabilitado con el objetivo de destacar el entorno en el que se enmarca y la historia que atesora.

INSPIRACIÓN

La iglesia Arciprestal o iglesia Major es otro de los edificios que se suma al patrimonio declarado BIC. Sus techos de cúpulas tabicadas, levantados por el arquitecto aragonés José Nadal, inspiraron más tarde algunas de las construcciones más emblemáticas de Nueva York, de la mano de su tataranieto, Rafael Guastavino. El sistema acabó convirtiendo a este emigrante valenciano, prácticamente un desconocido en su tierra, en el arquitecto de Nueva York. Anexo al recinto religioso se encuentra el campanario octogonal, erigido en 1682, que fue restaurado tras la Guerra Civil y con motivo de la exposición La luz de las imágenes, igual que la propia iglesia.

El Hostal del Rei y la plaza de la Vila se suman al listado de BIC. De los pocos elementos que se conservan de la época fundacional, el Ayuntamiento ha emprendido una campaña para su recuperación y puesta en valor del edificio, que ahora está en manos privadas.

SIGLO XX

La ciudad trabaja desde hace tiempo en la puesta a disposición de los ciudadanos de patrimonio edificatorio del siglo XX, como el Gran Casino y Teatro TaGoBa, a través de una subvención de fondos europeos, que servirá para la rehabilitación integral de ambos espacios, manteniendo todos los elementos protegidos.

El albergue del Termet también es otro de los recintos en los que se trabajará este 2019. Diseñado por el famoso arquitecto Eugenio Cendoya, tendrá una primera fase de rehabilitación en breve. El Casino Carlista de la Peña España o edificio de Bankia también ha sido restaurado, especialmente en su fachada.

Asimismo, Vila-real cuenta cada vez con mayor patrimonio del denominado ‘street art’, o lo que es lo mismo, Museu Vila-realenc d’Art Urbà (MVAU), con murales repartidos por la ciudad, elaborados por artistas de prestigio internacional, que además de ser arte también son reivindicación y denuncia. Sin ir más lejos, en la edición más reciente de la convocatoria, la artista Hyuro ha hecho famoso a nivel mundial su trabajo sobre el patriarcado de la justicia.

Estos son solo algunos de los ejemplos del rico patrimonio que se puede observar en la ciudad, en cuyas calles también se encuentran algunas esculturas, instaladas en los últimos tiempos, como la réplica de la estatua de Jaume I, obra de Llorens Poy, ubicada en la plaza Major; o la del Llaurador, entre muchos otros elementos, que merecen ser visitados y contemplados.