¿Cuántos músicos se preguntarán estos días cuál es el camino para poder ser uno de los grupos que completan el cartel del Arenal cada año? Hasta hace poco tiempo, los integrantes de Frida, una banda de rap en valenciano, estaban entre los que miraban hacia arriba esperando a que llegara su momento. El suyo se materializó el jueves a las 21.00 horas por la puerta grande, cuando sus nueve integrantes salieron al escenario del Thunder Bitch, en el Beach Club.

Nombres como La Casa Azul, Rozalén, Maldita Nerea o Dorian son el reclamo para movilizar a masas, para llenar recintos, para garantizar el éxito de la organización, un éxito del que beben y al que contribuyen quienes tienen mucho que ofrecer y no son tan pequeños como el hecho de desconocer su nombre podía dar a entender.

Porque Frida dio un paso de gigante en el 2017 al ganar Sona la Dipu, un certamen musical que se ha convertido en la llave que les ha abierto un mar de oportunidades. Sus dos MC’s, J. Winston y L-Tom, lo tienen claro: su primer Arenal es un triple salto que revalida el acierto de la apuesta que hicieron hace un año y medio, cuando convirtieron un grupo de rap de dos vocalistas y un DJ, en una banda que ofrece una versión auténtica de un estilo musical tan comprometido como rompedor. Su aspiración: que quienes les vieron recuerden su nombre cuando acabe el festival.