La conciencia social se ha despertado, la etiqueta #metoo/#yotambién se ha convertido en un movimiento global que va derribando muros de silencio y las denuncias de abuso y acoso sexual son la noticia del año. Queda un paso: lograr cambios reales y prácticos. Y en Hollywood, el epicentro del terremoto desde que se revelaron las monstruosidades de Harvey Weinstein, se va a emprender ese camino con una nueva organización, la Comisión sobre Acoso Sexual y Avance de la Igualdad en el Lugar de Trabajo, para cuyo liderazgo se ha elegido a un auténtico icono: Anita Hill.

Ahora profesora en la Universidad de Brandeis, Hill era una joven abogada negra desconocida cuando testificó en 1991 en el Congreso en las sesiones de confirmación de Clarence Thomas, juez conservador también negro nominado para el Tribunal Supremo, al que acusó de acoso sexual. El testimonio de Hill, pese a una dura campaña de difamación, tuvo efecto. El año siguiente fue políticamente bautizado como «el año de la mujer» y en las elecciones llegaron al Congreso un número récord entonces de representantes y senadoras. Las denuncias por acoso sexual ante un organismo federal se duplicaron en los cinco años siguientes a su comparecencia.

Su estatura como pionera y su trabajo en las décadas siguientes ayudan a dar credibilidad a la comisión que ahora se pone en marcha en Hollywood. El grupo nació de la idea de cuatro mujeres poderosas: la productora y presidenta de Lucasfilm Kathleen Kennedy, la abogada Nina Shaw, la inversora Freada Kapor y la copresidenta de la Fundación Nike, Maria Eitel. Y ha sumado el respaldo de muchos pesos pesados: ya han comprometido apoyo y aportaciones económicas directivos de Disney, Amazon, Netflix, Sony, Warner, CBS y los principales sindicatos y agencias de Hollywood. Casi todos son hombres.

Para muchos conservadores, que nunca han dejado de ver a Hill como una ideóloga demócrata y la criticaron por no respaldar con contundencia a aquellas mujeres que denunciaron desmanes de Bill Clinton, su selección para liderar la comisión es otra maniobra de relaciones públicas del progresista Hollywood.

Pero como hace 26 años, Hill prefiere no prestarles atención y centrarse en su misión, que aún está en fase de organización.