La periodista Marina Castaño, viuda del escritor Camilo José Cela, señaló ayer en el inicio de la vista que dirimirá si hubo malversación de caudales públicos en la Fundación que honra al premio Nobel que ella quiso «sanear» la institución y consolidar su permanencia en Galicia.

En el juicio que se celebra en Santiago confesó que siempre anheló mantener su carácter privado, pero a causa de la crisis económica, para cumplir el «expreso deseo» de su marido -de que siempre permaneciese en su tierra natal- no había más remedio que entregarla a la Xunta.

Es lo que dijo a preguntas del fiscal Álvaro García Ortiz, que demanda cuatro años y medio de cárcel y ocho de inhabilitación para Marina Castaño y las otras tres personas acusadas de cometer irregularidades en la gestión económica de esta institución ubicada en Iria Flavia, así como que se indemnice al Gobierno gallego con 150.000 euros.