La tensión entre Moscú y Tel Aviv aumentó ayer después de que Rusia acusara a Israel de haber estado a punto de derribar un avión con 172 civiles a bordo al bombardear unos suburbios de Damasco, la capital siria. El portavoz del ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov, afirmó en un comunicado que Israel llevó a cabo un ataque aéreo el jueves sobre las 02.00 de la mañana (las 00.00 GMT). Según el Kremlin, cuatro cazas F-16 israelís atacaron un barrio a las afueras de la capital siria con ocho misiles sin tener en cuenta que un avión civil se preparaba para aterrizar en Damasco.

Konashenkov dijo que un Airbus-320 «estuvo a punto de entrar en una zona de misiles mortíferos y fuego de artillería». El avión tuvo que efectuar un aterrizaje de emergencia en la base aérea de Hmeimim, a unos 300 kilómetros al norte de Damasco, controlada por las fuerzas rusas. Ningún medio de comunicación pudo corroborar las afirmaciones rusas. No obstante, el sitio FlightRadar24, que sigue el tráfico aéreo, muestra que un Airbus 320-311 de la compañía siria Cham Wings que despegó de la ciudad iraquí de Nayaf el jueves a las 01.07 (hora local), se acercaba al aeropuerto de Damasco sobre las 02.00. De pronto, modificó su recorrido hacia el norte para aterrizar media hora después en Hmeimim. Pero Cham Wings no comentó nada al respecto.

silencio israelí / El ministerio de Defensa ruso ha acusado a Israel -que por ahora mantiene silencio sobre el presunto incidente, como es habitual- de haber puesto en peligro «las vidas de cientos de civiles inocentes». «El tráfico aéreo establecido en el espacio aéreo sirio, como en cualquier lugar del mundo, tiene lugar a niveles de altura bien conocidos y está claramente detectado por los equipamientos de radares de Israel», recalcó Konashenkov.

Según Rusia, Israel ha convertido en «una práctica típica» el uso de aviones civiles como «escudos» contra las defensas aéreas sirias. En septiembre del 2018 aseguró que las fuerzas israelís no avisaron de forma correcta de que iban a lanzar un ataque en Siria y dejaron a un avión militar ruso en la línea de tiro de las defensas antimisiles sirias, que derribaron el aparato y mataron a sus quince pasajeros.

Los israelís negaron rotundamente las acusaciones, que llevaron a un serio altercado diplomático entre Rusia e Israel. En el presunto ataque israelí del jueves murieron al menos 23 combatientes que luchan en Siria, la mayoría iranís, según medios sirios. Un portavoz del Ejército israelí se limitó a decir que estaba al corriente de «las informaciones extranjeras» sobre bombardeos en Siria, siguiendo la política israelí de silencio en esta materia. Desde que empezó la guerra, hace nueve años, Israel ha dejado claro que no tolerará los intentos de Irán, importante aliado del régimen sirio de Bashar al Asad, de establecer una presencia militar permanente en Siria, desde donde pueda atacar territorio israelí.

Aunque no suele asumir la responsabilidad de los ataques en Siria, Israel ha reconocido haber lanzado miles de bombardeos desde el 2011. La mayoría han sido contra Irán y sus aliados en la zona, especialmente el grupo chií libanés Hezbolá.

GRAN ENEMIGO / Israel también han atacado en respuesta por la caída intencionada o fortuita de misiles procedentes de Siria en territorio israelí, generalmente en la zona de los Altos del Golán sirios ocupada por Israel. Y han bombardeado las defensas aéreas sirias si disparaban contra aviones israelís, además de lanzar operaciones en Irak.

Hace algo más de un mes, EEUU asesinó al jefe de la Fuerza Quds de la Guardia de la Revolución iraní, Qasem Soleimaní, en un ataque que Israel elogió, ya que lo consideraba como una amenaza.