La propuesta de Bruselas para crear una nueva política de asilo e inmigración será abolir el reglamento del Dublín, que obliga a gestionar las solicitudes de asilo en el primer país de llegada, y crear un nuevo sistema de gobernanza con una vinculación más estrecha entre asilo y retorno, medidas más estrictas contra los traficantes de inmigrantes, el refuerzo de las fronteras exteriores y la creación de vías legales de acceso a la UE. El enfoque debe ser «humano» y los países más solidarios.